EDITORIAL

 

      Martes 10 de Junio de 2025  
 
 

   INICIO

   �NDICE
 Recuentos de la Selva

   PROYECTO

   CAPITULO 1

   CAPITULO 2

   CAPITULO 3

  CAPITULO 4

   CAPITULO 5

   CAPITULO 6

   CAPITULO 7

   CAPITULO 8

   CAPITULO 9

   CAPITULO 10

   CAPITULO 11

   CAPITULO 12

   CAPITULO 13

   CAPITULO 14

   CAPITULO 15

   CAPITULO 16

   CAPITULO 17

   CAPITULO 18

   CAPITULO 19

   CAPITULO 20

   CAPITULO 21

   CAP�TULO 22

   CAP�TULO 23

   CAP�TULO 24

   CAP�TULO 25

   CAP�TULO 26

   CAP�TULO 27

   CAP�TULO 28

   CAP�TULO 29

   PR�LOGO

   CONTACTO

 Gemelas, �ramos dos

   CAP�TULO 1

  CAP�TULO 2

  CAP�TULO 3

  CAP�TULO 4

  CAP�TULO 5

  CAP�TULO 6

  CAP�TULO 7

  CAP�TULO 8

  CAP�TULO 9

  CAP�TULO 10

  CAP�TULO 11

  CAP�TULO 12

  CAP�TULO 13

  CAP�TULO 14

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  CAP�TULO 16

  CAP�TULO 17

   CAP�TULO 18

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   CAP�TULO 21

   CAP�TULO 22

   CAP�TULO 23

   CAP�TULO 24

   CAP�TULO 25

   CAP�TULO 26

   CAP�TULO 27

  CAP�TULO 28

  CAP�TULO 29

  CAP�TULO 30

 

  El Maham� (el Ano�)

CAP�TULO N� 16

 Para vos, ya no est�s� hace tan poco y a�n me llamas.

En el NE misionero muchas son las leyendas que lo caracterizan; una de ellas es la de un p�jaro de peque�o tama�o; plumaje negro y abundante., el fino, cuello, sostiene una arm�nica cabeza en la que se destacan ojos vivarachos y mirada chispeante: de porte erguido, su sinuoso vuelo, parece adornar la selva misionera. Se lo conoce por su canto calmo y lastimero.

 Por relatos de algunos caciques y sus descendientes: naci� en una de las tribus guaran�es una indiecita mestiza. Nada asombr�: el blanco hab�a hecho cautivas a varias j�venes indias, que luego abandonar�an, pero, prontamente, esta ni�a comenz� a llamar la atenci�n por su inteligencia, desenvoltura, y comportamiento. Fue una hermosa criatura su madre cuidaba de ella con empe�o, conform�ndola y consintiendo todos sus requerimientos.

 A medida que crec�a su car�cter se tornaba agresivo, aunque era muy deseada por lo j�venes,  poco le importaban.

 Con el tiempo, el odio desmedido lleg� hasta sus seres queridos; a veces desaparec�a por d�as. Su madre sal�a a buscarla. En ocasiones �sta se desorientaba, le costaba regresar y anochec�a en medio del monte llam�ndola, tanto era su dolor que viv�a en un continuo quebranto. En una de sus b�squedas ella no volvi�. Como ya era tiempo y  no llegaba al hogar su hija sali� a buscarla, pero no la encontr�, fueron pasando los d�as��

Cansada subi� a un gran �rbol para observar, en vano fue llamarla y llamarla, al no hallar respuesta comenz�  all�, su recapacitaci�n y arrepentimiento���..

Me cuentan los del lugar, que en lo alto del cielo, un gran resplandor la envolvi�, y al disiparse un peque�o p�jaro negro se vio�. En las atardecidas misioneras se siente a lo lejos, largamente un quejumbroso llamado; �Mahaam�! , es la joven que desesperada llama a su mam� y si alguno tiene la suerte de escucharlo, aunque su canto parezca lejano ver� que est� all�, en la rama m�s cercana y sus brillantes ojos lo miran preguntando, junto a su canto, �Mahaam�?, �Mahaam�?

���Mahamiiiiiiiiii!!!                        

Profesora Norma Ferretti

 

 

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