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DIEGO BOSQUET:
LAS CANTORAS DE MALARGÜE:

LAS  ÚLTIMAS HEREDERAS DE UN CANTO TRADICIONAL (1º Parte)

En una muy  calurosa tarde mendocina entrevisté al joven y talentoso etnomusicólogo y director de coros Diego Bosquet para que nos relate su importante investigación sobre un grupo de mujeres cantoras de Malargüe, un grupo de puesteras de entre 42 y 85 años, que rescatan con sus guitarras y voces  cuecas y  tonadas, alguna de ellas con letras perteneciente al siglo XIV. Siempre acompañadas por un tañador para percutir las cuecas en la caja de la guitarra. El trabajo culminó en un disco “Las cantoras de Malargüe” Música tradicional del sur de Mendoza. La Unesco no la dudado en incluirlas en el programa “La voz de los sin voz” dedicado a promover y preservar  todas las expresiones que forman parte del patrimonio cultural tradicional latinoamericano.

-¿El trabajo de las cantoras es tu primer trabajo de campo?

-No, en realidad hice otros que tal vez no estuvieron tan avanzados como el de las cantoras malargüinas.  Estuve trabajando mucho sobre la zona del desierto lavallino donde muchos consideran que es uno de los principales reductos folklóricos de la provincia, también hice trabajos con lo que no esta considerado perteneciente a la música nuestra, en nuestras tradiciones pero esta inserto en la colectividad. Por ejemplo el Centro de colectividad eslovena dentro de la provincia de Mendoza. Sus trabajos entraron dentro de mis estudios, mi tesis fue sobre la música eslovena en Argentina.  En el caso de las cantoras de Malargüe  pudo tener más de proyección al poder hacer el disco y tener el apoyo de la Municipalidad, lo que no es habitual.  Yo trabajo en la Dirección  de Patrimonio Histórico-Cultural de la Subsecretaría de Cultura de la provincia de Mendoza, y siempre he mantenido contacto con los distintos municipios.  El caso de Malargüe es un caso atípico que la Dirección de Cultura de la Municipalidad se interese y tome el compromiso con un trabajo de estas características.

-¿Como surge el proyecto?

-Mis trabajos de investigación eran sobre instrumentos arqueológicos, en Mendoza he escuchado decir que los aborígenes no hicieron música, por otro lado en bibliografía no había datos sobre música precolombina, solo algunas referencias mínimas de algunos instrumentos. Entonces empecé a recorrer los museos de la provincia donde encontré muchos instrumentos guardados o que no estaban catalogados como tales.  Casualmente el departamento de Mendoza donde se encontraron la mayor cantidad de instrumentos arqueológicos fue Malargüe.  Eso me obligaba a viajar al Museo a sacar fotos, medirlos, estudiarlos y en esas idas y vueltas encontré estas mujeres que cantaban de manera diferente, entonces me entró la curiosidad. Hablando con el director de cultura, quien había sido director de escuela rural es decir había estado en contacto con estas tradiciones.  Me llamó la atención que nunca había sido grabado su canto, una tradición que estaba fuera del conocimiento general de la gente porque no se había investigado, ningún recopilador había ido a la zona y si lo hicieron, nunca se interesaron en documentarlo.  Es decir había una especie de urgencia para grabarlo teniendo en cuenta que las cantoras no han seguido trasmitiendo la tradición, pudiendo perderse para siempre cuando mueran las que están ahora.  El director se interesó por el proyecto y finalmente me brindó el apoyo la municipalidad de Malargüe.  Apuntaba a grabarlas porque nunca lo habían hecho, así que nos  dedicamos a los trabajos de campo.  No estaba en nuestras intenciones hacer un disco, pero cuando tuve todo el material en las manos vi la posibilidad de hacerlo por la valorización de parte de ellas mismas.  Cuando les pregunto porque no cantan más seguido ellas responden que es más interesante el cantar de los hombres  y no el de ellas. Con el disco se dieron cuenta de lo importante que es dejar un testimonio de su canto.

-¿Que tipo de música hacen?

- Hacen tonadas, cuecas, canciones que no son chilenas ni cuyanas, es decir están en el medio. Las cuecas que hacen los hombres era muy interesante, yo empecé con las cantoras porque era novedoso.  Se dice que ellos hacen folklore cuyano, porque  hacen una cueca malargüina.  Pero es diferente, una mezcla de cuecas chilenas y neuquinas.  Al empezar a estudiarlas uno se da cuenta que las diferencias son mínimas.  Pero la de las cantoras tiene más que ver con la chilena que con la cuyana, en la tonada pasa lo mismo: la canción es muy parecida a la tonada con ritmo de cueca.  Es lo que en Chile se llama tonada canción o tonada con estribillo.  Ese es el único género cantado por ellas. Se acompañan únicamente con guitarra interpretada por ella misma. En cuecas y estribillos hay un tañador generalmente de sexo masculino que percute al ritmo de la canción en la caja de la guitarra que está utilizando la cantora, ocasionalmente puede ser una mujer que lo haga solo en calidad de “ayudadora”.

-¿Solo cantan tonadas y cuecas?

-Hay otro que pude grabarlo hace poco tiempo.  Son los parabienes, un tipo de música que se hacía en los casamientos.  Después de la ceremonia llegaban a caballo a la casa donde hacían la fiesta, allí, ya estaba instalada una cantora esperando los novios para cantarles los parabienes, una canción específicamente hecha para esos momentos.  Como fueron  cambiando todas las costumbres se ha ido perdiendo.  Para poder grabarlo hay que encontrar un casamiento en medio del campo que mantenga la tradición.  A mí me la cantó una de las cantoras de más edad, era algo típico que está en desuso totalmente.

-¿Hay un parecido con las cantoras neuquinas?

-En realidad la misma tradición abarca el norte de Neuquén, la zona del Maule en Chile, llamada la 7º región cuya capital es Talca.  El problema es que nos basamos demasiado en los límites políticos que son puestos arbitrariamente.  Para entender correctamente habría que tratar la zona como un área cultural.  Las que viven en la ciudad de Malargue y alrededores actualmente, cuando aprendieron a cantar vivían del  otro lado del río al Suroeste de la ciudad o en Neuquén con quienes tienen una comunicación permanente.  El contacto con Chile se perdió con la llegada de la gendarmería y con Neuquén por las barreras fitosanitarias.  Eso es una traba para la gente que no puede cultivar para vender.  Venirse a Malargüe representa andar 200 kilómetros y el límite con Neuquén lo tienen apenas a 20 kilómetros.  Pero al no poder pasar vegetales quedan aislados.  Eso afecta su economía y favorece el mantenimiento de las tradiciones propias de la zona.  En ninguna parte de la provincia se ve la riqueza del lugar pero el indicador principal que nos muestra va en vía de desaparecer porque la más joven tiene 42 años y la mayor 85 años.

-¿A que edad aprendían a cantar?

-Ellas aprendían a cantar cuando eran niñas o adolescentes y ahora no existen. Las que lo hacen cantan mexicano o cumbias y lo curioso es que los hombres cantores tienen menos de 40 años.  Ellos han ido desplazando a las cantoras, eso lo he corroborado en diferentes entrevistas donde  la actitud de  los folkloristas mendocinos es que  lo tradicional y folklórico es la tonada, gato, cueca y lo que no se puede catalogar de esa manera no es auténtico.

- ¿Tuviste alguna experiencia?

-Si,  me ha pasado en Lavalle, donde me he topado con cosas más interesante que esos ritmos y tampoco han sido registrados. Las relaciones por ejemplo tienen mucha presencia, son  un recitado sobre algún texto del Martín Fierro, Hormiga negra,  compuestos por ellos, o en algunos casos improvisados acompañados por guitarra, con un ritmo tipo milonga.  Algo parecido a lo que hacen los payadores, pero no es payada porque no hay contrapunto.  Por otra parte he encontrado pasillos colombianos, corridos mexicanos o cumbias de Leo Dan que los folkloristas dicen eso no es folklore y para la gente del lugar es su música.  Hacen una tonada, una cueca, un pasillo, un gato, un pasodoble y no separan esta sí, esta no.

-Cuando se habla como llega la zamba acá se dice que la marinera peruana llega a Chile, y de allí pasa a Mendoza. ¿El ritmo que ellas hacen sería el paso intermedio entre la cueca chilena y la cuyana?

-Casi, casi.  Con las cantoras se da una situación especial, han quedado de lado, sin registrar porque para muchos es considerada música chilena. Para mí, desde el momento que ellas las ejecutan es música de Malargüe. Si nos ponemos a hablar de los orígenes, entonces las tonadas y las cuecas son música española porque no tiene elementos indígenas, desde un punto de vista melódico-rítmico vienen de Europa.

- Contanos de la zona

 Esa zona malargüina, a la margen derecha del río Grande  tiene muchísima influencia chilena.  En principio porque se pobló desde allí, los primeros  habitantes – ganaderos trashumantes, cuyo ganado caprino es el que mejor se adapta a la región-pasaron por la puerta del río Barrancas, en su nacimiento cuando se transforma en Colorado al unirse con el Grande.  El primer contacto de esos habitantes con otras poblaciones lo tuvieron con la radio chilena  que hasta la actualidad siguen escuchando, tal vez un poco menos, porque hay radios en Malargüe con antenas grandes. Recién el año `39 se creó un puente sobre el río Grande porque no era posible cruzarlo para ir a comerciar a Malargüe, hasta ese momento era más fácil atravesar la Cordillera con los chivos después de la veranada, donde los vendían y compraban todo la mercadería necesaria para todo el año.  Recién  cuando entra la gendarmería pasa a ser contrabando. Entonces se empieza a aislar más la zona y se empobrece.  Por eso el puente era necesario para mantener contacto con Malargüe.  Hasta ese momento esta comunicación permanente con Chile afectaba desde el punto de vista cultural porque las criaturas que nacían eran anotadas en el país vecino, porque era lo que tenían más a mano, ya que es imposible vadear el río a caballo debido a su enorme caudal.

-¿Cómo eran las fiestas donde cantaban las cantoras?

- En la zona solamente cantaban las mujeres, ella eran las encargadas de poner la música en las fiestas.  De pronto hace como 40 años comenzaron a hacerlo también los hombres y fueron avanzando sin  pausa porque a la gente del lugar, les parecía atractiva la novedad que hacían los varones con alguna tonada al principio, porque no se baila,  con el cogollo dedicado al dueño de casa y cuecas malargüinas.

-¿Qué diferencia tienen con la cuyana?

-Sin duda la velocidad, es más parecida a la chilena, aunque se las baila muy achilenado desde el punto de vista formal se asemeja  más a una cueca cuyana.  Si alguien visita la zona seguramente no las sabe bailar con los saltitos o el movimiento del pañuelo.

-Volvamos a las cantoras. ¿Siempre necesitan un tañador?

-Sí, puede ser hombre o mujer es indistinto, siempre se tañe con las uñas sobre la caja de la guitarra. Ahora estoy tratando de ver el contexto de la ejecución de esta música. La mayoría de las canciones que contiene el disco fueron grabadas en la casa de las cantoras y los últimos temas del  compacto están tomados de fiestas donde se hace música del lugar. Pueden ser carreras de caballos, celebraciones familiares o las veladas de santo.

_ ¿Quienes las hacen y a quien están dedicadas?

-Las hacen los puesteros.  Cada uno es devoto de uno o dos santos, al que le hace una promesa “la manda”, cuando se cumple el pedido le hace la fiesta.  Por ejemplo se promete hacer una cena por única vez pero hay otros que lo hacen de por vida.  La semana pasada estuve en una fiesta en honor de San Sebastián en Calmuco.  El puestero le pidió por su salud, como se cumplió al poco tiempo dijo -”Mientras yo viva voy a matar una vaca y voy a comprar velas por el valor de un chivo”_ es decir si ahora cuesta $40 y el al año siguiente $60 cumplirá igual con su promesa.

-Es decir que el santo mantiene la paridad pese a la inflación

-(Risas) Exacto. Y lo más curioso es que es un santo importante en la veneración local aunque no tienen muy en claro si es el santo de la salud, de los viajes o de la abundancia y en el resto de la provincia  no es conocido.  En la edad media en Europa era quien curaba de las flechas envenenadas, pero ha perdido vigencia ese mal. Bueno, volviendo a la fiesta empieza con una cena comunitaria abierta para todo el mundo, donde no hace falta invitación, después viene la música en vivo, nunca grabada, y están 24, 48, 72 horas o 5 días no tiene tope.  Esta duró 3 días, donde en ningún momento faltó la música.  El que quiere dormir, se tira un par de horas y vuelve.  Cantan los hombres, si hay cantoras lo hacen por poco tiempo, no hay grupos estables sino 3 cantores que se ponen enfrentados entre sí sin mirar al público. De pronto viene otro para reemplazar a alguno de ellos, se turnan y no hay ensayos.  Claro no puede haberlo entre gente que vive, tal vez a 100 kilómetros de distancia uno de otro, los bailarines también se turnan y la fiesta dura lo que tiene que durar cuando ven que la gente se empieza a ir.  No tienen luz eléctrica, solo paneles solares, lo que les permite tener grabadores, pero en estos eventos es condición primordial la música en vivo.  Hay muchos cantores en la zona sin embargo ellos no lo hacen por placer solo si hay fiesta.  Por eso cuando estuve grabando a las cantoras, antes de escucharlas tuve que hacer 3 viajes al campo  para tomar contacto con ellas y que me tomaran confianza ¿Si no cual era el motivo para cantar si no había fiesta? Fue un trabajo lento tratando que la ansiedad no me traicione pero pensaba que si les insistía desde un primer momento me iba a empezar a cerrar puertas.

                                                                                         CarlosArancibia

 
 
 

 

 


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