P�gina declarada de Inter�s Cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires por Resoluci�n N� 374/07 del 15/11/2007
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�Virutaivino�

DE PLUMAS CON FUNDAMENTO:
Zamba
Letra Miguel �ngel P�rez
M�sica Gerardo N��ez

Si buscamos una tierra generosa e inspiradora esa es Salta, a la que Gerardo y Perecito varias lunas le deb�an.  Tal vez como pago le obsequiaron esta zamba, cuya historia me la cont� Gerardo N��ez en la casa del Teuco Castilla as� me la cont�:

- All� por los a�os �90 en Salta, me contrata el gobierno para que est� en la parte de dise�o y proyecto de un programa que se llamaba Provip, �Programa de vivienda popular�. Ah� voy con un  grupo de tucumanos y formo parte de ese proyecto de much�simas viviendas. Es por esa raz�n de trabajo estatal y otros particulares que yo voy a una carpinter�a para encargar las puertas, muebles etc. Ese d�a viernes estaba un ingeniero de nombre Ojeda, con el que al mirarnos fue como si nos conoci�ramos desde siempre.  El tal vez era algo menor que yo.  Entonces empezamos a hablar y no pod�amos recordar de donde nos hab�amos visto, si del colegio Nacional o vaya a saber uno de que otro lugar.  Hab�amos fijado el viernes a eso de las l9 horas para pagar y despu�s cada uno a su rancho.  Un d�a me dice el Beto -� Ch�, porque no compramos una mortadelita y un vinito y lo comemos con los muchachos�. Castillo y Montoya eran  los due�os de la carpinter�a. Imag�nate que no me pod�a negar, as� que compramos lo requerido y picamos ah�.  Al otro viernes llegamos los dos de nuevo y casi juntos llegan Neri Cambronero y Tata Portal, uno poeta y el otro escultor.  Iban a hablar por unas varillas que necesitaban para una exposici�n.  Los conozco ah� mismo, y como ellos conoc�an a Ojeda, ah� nom�s surge �.Traigamos un vinito, una mortadelita, quesito��.Ese d�a ya fue mas larga la reuni�n. Y cuando nos separamos dijimos:� -Che, porque no te invitas alg�n amigo y yo invito otro�. As� aparecieron Pipo Seg�n y Guitian.  Este era un indio de los cerros, un petis�n que vend�a bollos, y ped�a permiso para guardar el carrito en la carpinter�a  para poder irse a su casa c�modamente.  En total �ramos doce. Yo iba con Perecito.  Y as� seguimos reuni�ndonos hasta que un buen d�a apareci� el asado. Entonces se estableci� que los viernes era d�a de reuni�n. Los due�os se hicieron amigos nuestros, limpiaban el taller, pon�an los tablones que normalmente eran puertas y nos sent�bamos todos felices alrededor de la mesa. No pas� mucho tiempo que ya empezamos a pensar como se iba a llamar este lugar, donde nos sac�bamos todo lo que uno pudiera tener de arquitecto, ingeniero, m�dico, escultor, pintor o carpintero.  Donde �ramos todos iguales unidos por un mismo hilo de sensibilidad.  El indio ofrec�a sus bollitos y para recibir las hojas de coca lo hac�a como lo hacen solo ellos, juntando sus manos as� (hace el adem�n). En eso se me cae un vaso de vino.  Cuando me agacho el vino hab�a ca�do sobre un mont�n de viruta.  Entonces digo -� �Ya est�! Ya s� como se llama � �Virutaivino� -�Entonces todos han agarrado su vaso y han tirado su vino en la viruta. As� qued� bautizado el lugar� para seguir creciendo. Un buen d�a viernes a eso de las 6 de la tarde me dice Perecito� - Che, �Qu� le vamos a llevar a los changos de viruta?-. As� nom�s les dec�amos ya. �-�Y�..vino �- le digo - ��Que m�s le vamos a llevar?�-��No!�Le vamos a llevar otra cosa, alguna coplita� - me contesta.  Y ah� nom�s se larga a escribir la primera copla, la verdad que le sale linda.  Entonces me animo con mi guitarra y le arrimo m�sica. Ser�an las 7 y media o las 8 de la noche y enfilamos para Viruta. La canci�n ya estaba lista con nombre y todo.  Llegamos y se las cantamos a los changos.  Por supuesto medio ayud�ndome porque estaba medio fresquita y por ah� me la olvidaba.  Entonces saltan dos de golpe al un�sono, que hab�an sido nombrados en el recitado y me dicen ���Che, a m� no me han puesto! Claro ya no alcanzaba el lugar. Yo pens� que P�rez a lo mejor se hab�a olvidado. Pero Perecito me dice por lo bajo - �qu�date tranquilo, yo lo voy arreglar�- y ya ten�a escrita una copla.  As� que cuando se larga a cantar los nombra a todos.

Hasta hoy es una cita a la que nadie se cita, van los que van.

Vino alegre, pura llama
bien �chispiador�
que se enciende de un repente
quiebra la voz,
Y lentito se enceniza
cuando el cantor
se apaga de pedacitos
como el carb�n.

Los viernes llega Castillo,
abre el taller
y su mano carpintera
huele a laurel
mientras que por las vetas
de un guayavil
Montoya sue�a que lustra
su cielo a�il.

Ya me voy, florcita i�lana,
llamame y vuelvo ma�ana
repechando por los guadales
sube el camino
zambita de dos ramales
virutaivino.

La pucha
raro entrevero
dijo turbado
Romano,
que Segundo sea el primero
al que se le va
la mano,
pero el vino es picard�a,
se nos cruza en el camino 
y hasta que
amanezca el d�a
cantemos
virutaivino.

Con sus hornadas de coplas
viene Guitian,
prenda fuego y haga brasas
Tata Portal,
que si un diablo saca chispas
del diapas�n,
es porque anda  de tonadas
Pipo Sag�n.

si se duerme el pobrer�o
barro en la piel,
Cambronero lo despierta
con su pincel�
y si pica el Beto Ojeda,
flor de alel�,
Gonz�lez piensa en Bolivia
roja de aj�.

                                                                             CARLOS ARANCIBIA

 
 
 

 

 


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