Página Inicio

   Quienes Somos

    CARTELERAS
 

   PEÑAS BAILABLES

   EVENTOS Y PEÑAS ESPECTÁCULO

   MÚSICOS Y CANTANTES

 
    TEMAS DE INTERÉS
 

AL COLE CON EL FOLKLORE

   Artículos Relacionados

   Comidas Típicas Criollas

   Conociendo la Argentina

   Conociendo nuestro Barrio

   Creencias

   Costumbres

   Danzas Tradicionales Hist/Coreog

   Diccionario Folklórico

   Efemérides Folklóricas

   Fábulas

   Fiestas Criollas por Provincia

   Jineteada y Doma

   Instrumentos Musicales Autóctonos

   La Payada y los Payadores

   Literatura Digitalizada

   Notas de Interés General

   Nuestra Bandera

   Nuestro Himno

   Pilchas Gauchas

   Objetos Representativos

   Refranero

   Relaciones

   Representantes del Folklore

   Supersticiones y Leyendas

   INGRESO AL FORO TRADICIONES

   ALMACEN DE CAMPO

   LIBRO DE VISITAS
 
   ENTRETENIMIENTOS
 

   Adivinanzas

   El Rincón de los Abuelos

   GAUCHITOOO

   Juegos

   Links relacionados

   Postales Virtuales Argentinas

   Rincón Poético
 
   OTROS DESTACADOS
 
   DESTACADOS DE PEÑAS
   ESCUELAS DE DANZAS NATIVAS
      DONDE APRENDER A BAILAR
   C. de Música/Salas de Ens. / Est. de
      Grabación/Luthiers/Representantes
   Conjuntos y Artistas Folklicos -
   Danzas de Proyección Hist/Coreog
   La Revista Peñera
   Manos Argentinas
   Musicalizadores de Peñas

   PROFESORES - CLASES

   PROGRAMAS RADIALES Y TV

   REVISTAS FOLKLÓRICAS
   DIARIOS TRADICIONALISTAS

JUANA AZURDUY

Capítulo XXVIII

Papa los realistas eliminar a Güemes es una necesi­dad de primerísimo nivel, y no están dispuestos a desaprovechar el debilitamiento que la ceguera de muchos argentinos que lo combaten por razones viles produce en el jefe de los gauchos.

El general español Olañeta dispone que su lugarte­niente "el Barbarucho", que acampaba en Yavi con 300 hombres, marche hacia el Sur en maniobra oculta y sigilosa, con el propósito de alcanzar en el menor tiempo posible la ciudad de Salta, sorprender a los patriotas y cumplir con el objetivo principal: asesinar a Martín Güemes, verdadera pesadilla para los godos.

Una vez más, la tragedia planea sobre Juana Azurduy.

Entre las medidas que adopta para encubrir esta operación, Olañeta levanta su propio campamento de Mojos sin dejar ninguna tropa, fingiendo retirarse en forma ostensible hacia Oruro, pero con la idea de, en cuanto esta marcha hubiese engañado a los patriotas, retornar velozmente para apoyar la "operación coman­do" del coronel Valdez, "el Bárbarucho".

Todo se ejecuta según lo previsto, y en su marcha hacia el Sur, Valdez, en lugar de avanzar por la Que­brada lo hace inadvertidamente por el camino del Despoblado  (actual Ruta Nacional N° 40, que parte de la localidad de Abra Pampa, sigue por San Antonio de los Cobres para alcanzar el Valle de Lerma al oeste de Salta), que como su nombre lo indica es desolado y deshabitado, también áspero y lleno de dificultades por la falta de agua y víveres.

"El Barbarucho" era un español que, como Olañeta, de comerciante que había sido en el tráfico de mulas y mercaderías con el Perú había pasado a ser un bravo oficial en el ejército del rey, para sostener la autori­dad española contra la revolución.

Según era fama, se había hecho experto en contra­bando durante su vida de comerciante, practicándolo ventajosamente por los senderos extraviados de las serranías que corren por el poniente de las provincias de Salta y Jujuy. Este ejercicio lo había convertido en un baqueano experto, ladino y audaz, lo que sumado a sus prendas de militar corajudo y disciplinado pare­cía como venido a pelo para llevar a buen puerto la riesgosa y desde todo punto de vista trascendental operación que se le había confiado.

"Tan brusco era, tan fogoso y tan bárbaro, que muchas veces, después de cometidas sus torpezas, se arrepentía de ellas; y se lo oía exclamar entonces, con la misma dura franqueza que correspondía a sus ímpetus mal educados. ‘;Qué barbarucbo soy!’, quedándole así para siempre esta calificación apropiadísima, que él mismo se la daba" (E. Frías).

Valdez, ayudado por indios baqueanos y algunos salteños enemistados con el jefe gaucho, cruza la alto­planicie del Despoblado y se embosca, el 7 de junio de 1821, en la serranía de los Yacones, con unos 400 hombres de infantería.

Aquí dividió sus fuerzas en partidas a cargo de buenos conocedores de la ciudad y ordenó que las mismas se dirigieran a rodear la manzana de la casa de Güemes, lo que se realiza sin mayores tropiezos. Uno de los colaboradores del jefe patriota, que ha estado reunido en su casa y atraviesa la plaza, se topa con una de las patrullas del Barbarucho y es muerto de un disparo. Güemes escucha la detonación y sale solo a la oscuridad cerrada de la noche, convencido de que se trata de un disturbio sin importancia promovido por algún opositor, quizá borracho, sin imaginar­se que eran los realistas quienes se habían desplegado por toda la ciudad.

Al darse cuenta de lo que realmente sucedía, la­mentando haberse aventurado sin escolta, pretende huir a la carrera por una calle lateral, pero cae en una encerrona y él también es herido, según es tradición, por una descarga en el trasero.

Batiéndose con su proverbial bravura logra subir a un caballo y se dirige al río Arias, donde es transpor­tado en camilla hasta la hacienda de la Cruz, para des­de allí continuar su fuga hasta el El Chamical, donde fallece, después de desangrarse durante diez días y pese a los cuidados de su médico, el 17 de junio de 1821.

Muerte que parece confirmar la hipótesis de que Güemes padecía de hemofilia, razón por la cual no participaba, y sus gauchos lo comprendían, en entre­veros y escaramuzas.

inicio

página anterior

página siguiente

 
© 2005 Copyright FolkloreTradiciones -  Todos los Derechos Reservados
Dean Funes 1773 - Piso 11 Depto. 25 Capital (1244)
- Provincia de Buenos Aires - República Argentina
Tel/Fax: (54-11) 3533-0893
- e-mail:
mlf@folkloretradiciones.com.ar
Diseño y Hosting: www.drwebsa.com.ar