REP�BLICA ARGENTINA -

   


PROVINCIA DE

FORMOSA

 

UBICACI�N

La Provincia de Formosa ubicada en la Zona Nordeste de la Rep�blica Argentina, ocupa �ntegramente el �rea del Chaco Central y define con sus caracter�sticas de sabana parque el gran ecosistema de la llanura chaque�a, conformado tambi�n por el Chaco boreal (Paraguay) y el Chaco austral (Argentina).-

Se extiende entre los paralelos 22� y 27� de latitud sur y los meridianos 57� y 63� de longitud oeste de Greenwich. Es atravesada en su zona norte por el Tr�pico de Capricornio, que la ubica en la regi�n subtropical del pa�s. Tiene una superficie de 72.066 km2.

La provincia limita al norte y al este con la Rep�blica del Paraguay, al oeste con la provincia de Salta y al sur con la provincia del Chaco.

El territorio provincial se encuentra dividido en nueve departamentos, a saber: Bermejo, Formosa, Laish�, Matacos, Pati�o, Pilag�s, Pilcomayo, Piran�, y Ram�n Lista. Sus principales ciudades son: Formosa, Clorinda, Espinillo, Piran�, San Francisco de Laish�, Comandante Fontana, Laguna Yema, Ingeniero Ju�rez y General Enrique Mosconi.

HISTORIA

La ciudad de Formosa naci� como resultado del proceso de ocupaci�n del espacio chaque�o que se inici� con posterioridad a la guerra de la Triple Alianza (1865-1870) que enfrent� al Paraguay con Argentina, Uruguay y Brasil.

Al producirse el veredicto arbitral que estableci� el r�o Pilcomayo como l�mite definitivo entre la Rep�blica Argentina y la Rep�blica del Paraguay, Villa Occidental (hoy Villa Hayes) primitiva capital del Chaco Argentino, debi� trasladarse al entonces denominado Chaco Central. El traslado, encomendado por el gobernador Lucio V. Mansilla al mayor Luis Jorge Fontana, llevaba una sugerencia expl�cita sobre el lugar en que deb�a instalarse la nueva capital del Chaco argentino; aquel punto ser�a el �conocido desde el tiempo de los espa�oles con el nombre de Punta Hermosa o Formosa�, acu��ndose el �ltimo t�rmino como denominaci�n definitiva. La fundaci�n del pueblo se concret� el 8 de abril de 1879.

A su vez el Territorio de Formosa fue separado del primitivo territorio del Chaco en 1884, constituy�ndose como una gobernaci�n con capital en la villa hom�nima.

Los informes de los primeros gobernadores instalados en la nueva capital chaque�a, se preocuparon por se�alar la futura importancia econ�mica y comercial de una plaza enclavada sobre una de las v�as fluviales m�s importantes de Am�rica y susceptible de establecer excelentes relaciones hacia otros puntos de la geograf�a nacional.

Como muchas de las colonias nacionales creadas y ocupadas en la �poca, Formosa debi� esperar varios a�os para ver definitivamente establecidos su pueblo y colonia. Entre 1879 y 1884 se sucedieron cuatro mensuras con los problemas de controversias y arraigo de pobladores que ello significaba.

Los cuatro lotes que pasaron a estructurar el pueblo de la colonia, fueron ubicados a la vera del r�o Paraguay y sus ejes centrales se orientaron definitivamente a medio rumbo tal como lo establec�an las prescripciones de la ley. La autorizaci�n de trazar al futuro centro urbano en ese sitio obedeci� al deseo de ponerlo en contacto directo con el n�cleo que concentraba todo el movimiento de daba vida a la colonia.

El trazado fue ortogonal, con una plaza central de cuatro manzanas, calles y avenidas suficientemente anchas y espaciosas. A pesar de que el sitio elegido presentaba �reas no aptas para la instalaci�n de viviendas, la cl�sica cuadr�cula se conserv� tanto en al fundaci�n original como en los ensanches posteriores. En los a�os subsiguientes a la instalaci�n de las autoridades y al arribo de los primeros colonos, los habitantes se ubicaban mayoritariamente sobre las barrancas adyacentes al R�o. Hacia 1882, la poblaci�n se compon�a de aproximadamente 78 familias que sumaban un total de 441 personas. De ellas 213 eran austriacos, 196 italianos, 38 argentinos, 8 franceses y 6 espa�oles.

El poblamiento de los cuatro lotes mensurados para pueblo y establecidos como ejido municipal a principios del siglo XX, se inici� en las cercan�as del puerto. En los a�os subsiguientes el crecimiento de la poblaci�n y la ocupaci�n de la planta urbana fue lento.

Los principales edificios p�blicos y administrativos y las casas comerciales tambi�n comenzaron a situarse en cercan�as del puerto, en un radio que comprend�a no m�s de veinticinco manzanas, convirti�ndose la actual avenida 25 de mayo en el eje de las actividades. Incluso la vida social y p�blica que se cumpl�a en las plazas de toda ciudad, se desarrollaba aqu� en terrenos que luego ocupara la estaci�n del ferrocarril y sus playas de maniobras.

La vida de los ciudadanos dependi�, por largos a�os, de las actividades primarias que se realizaban en la colonia. La �nica industria de cierta importancia instalada fue el ingenio azucarero La Teutona , que prolong� su actividad hasta 1905. En esos a�os comenz� el funcionamiento de la f�brica de taninos que perdura hasta nuestros d�as.

Sujeto a tales condiciones, el crecimiento de la poblaci�n fue lento, pasando de mil quinientos habitantes en 1895, hasta alrededor de cinco mil habitantes al terminar la primera guerra mundial.

En 1905 capitales privados, solicitan y obtienen un permiso nacional para construir un ferrocarril rural que part�a de la f�brica de taninos reci�n instalada sobre el r�o Paraguay, atravesaba la villa por las avenidas Paraguay y 9 de Julio y se dirig�a hacia el norte hasta arribar a � La Compa��a Estancias y Tierras del Pilag� S.A.�

Esta l�nea de veintisiete kil�metros de longitud le transfiri� una actividad creciente a toda la zona, ya que no solo serv�a a los intereses de la empresa, sino que adem�s trasladaba mercader�as y usuarios particulares desde la capital hasta la estancia �Guaycolec� y su �rea de influencia.

Entre los elementos notables integrados al paisaje urbano se destac� la construcci�n de la estaci�n y la extensi�n de las v�as f�rreas hacia el interior, impulsado desde 1909 por la ley 5559 de Fomento de los territorios nacionales. Este ferrocarril del estado, tuvo la virtud de ampliar el hinterland de la ciudad, acelerando el movimiento comercial y facilitando el intercambio de productos.

El avance hacia el oeste creando una sucesi�n de pueblos que orientaron sus actividades extractivas y productivas en sus respectivas �reas de influencia. En 1914, la l�nea hab�a llegado a Las Lomitas, suspendi�ndose los trabajos por algunos a�os; reiniciados a fines de la d�cada de 1920, se conect� r�pidamente con la construcci�n que avanzaba desde Embarcaci�n en salta, concret�ndose la apertura de las Tierras interiores y la comunicaci�n directa con el noroeste argentino.

Sin embargo, el crecimiento poblacional y el desarrollo urbano continu� con mucha lentitud en las d�cadas siguientes, llegando a 16.500 habitantes en 1947. En el plano de la �poca se observa que la expansi�n se realiz� hacia el oeste-noroeste, siguiendo los ejes de las avenidas 25 de Mayo y 9 de julio, agreg�ndose 148 manzanas a la cuadr�cula. Para entonces exist�an solo 64 cuadras pavimentadas y con desag�es cloacales, obras que datan de finales de la d�cada de 1930.

Hacia el sur del puerto, sobre los lotes rurales trece y catorce bis, se localiz� una incipiente zona industrial conformada por aserraderos, desmotadores, dep�sitos de Yacimientos Petrol�feros Fiscales y una f�brica de taninos Ello dio origen a la poblaci�n de adyacencias, prolong�ndose la trama urbana hacia esa zona.

Formosa, de ra�z india.


La provincia de Formosa fue habitada sobretodo, por tres grandes grupos de abor�genes que viv�an en distintas regiones, ellos eran los TOBAS, MATACOS Y PILAG�S.
Estos grupos arribaron al territorio despu�s de verse obligados a emigrar de la selva boliviano-paraguaya huyendo de las tribus cuya ferocidad atentaba contra la seguridad de sus vidas.
Las tribus chaque�as que habitaban este suelo eran de distinto origen ling��stico y practicaban una econom�a cazadora y recolectora. Se distingu�an los guerreros abipones y los canoeros payagu�s, a orillas de los grandes r�os; hacia el interior estaban los guerreros matacos y hacia el oeste los chiriguanos.
Exist�an adem�s. Comunidades de mocov�es cerca de los abipones, y Chulup�es junto a los chiriguanos. Con la voz guaran� "Guaicur�" se design� a tobas y pilag�s, "mataco-mataguayos" a los que ocupaban el oeste.
Guaycur�es y matacos mataguayos se parec�an culturalmente por eso se denominaban "chaquenses t�picos".Se hallaban organizados en grupos y su vida se desarrolla a�n hoy en un ambiente de trabajo primario.
Dedican su vida a la confecci�n de trabajos en maderas, tallas, mates, ceniceros, art�culos de totora, paja y palma, a la construcci�n de sillas, canastos, sombreros, balsas. Los cestos que confeccionan sirven para guardar granos, los decoran con guardas y hacen adem�s jarrones y tinajas. Cada grupo posee sus costumbres, lengua y vestimenta propia.
La presencia de los indios matacos fue muy importante y aguerrida en la zona de los primeros asentamientos estables en la provincia, ubic�ndose sobre todo en el centro de la misma .
Eran b�sicamente pescadores y recolectores, pero tambi�n practicaban la caza y la agricultura pero como actividades secundarias. Habitaban las regiones aleda�as a los r�os Pilcomayo, Bermejo y Teuco. La pesca se realizaba con arp�nes de unos cuatro metros de largo.
Viv�an en chozas de ramas y paja, sin puertas ni muebles, y se vest�an con pieles de venado.
Transcurrida la segunda mitad del siglo XIX los distintos grupos abor�genes asentados en las m�rgenes del r�o, tomaron contacto con el primer blanco que apost� en la regi�n: el due�o de la primera compa��a a vapor del Bermejo, Natalio Rold�n. La desconfianza inicial que le tuvieron fue vencida en poco tiempo por el buen trato y pronto, casi dos mil de ellos comenzaron a trabajar en las obras emprendidas.
La ciudad de Formosa fue fundada el 8 de Abril de 1879, por el Comandante Luis Jorge Fontana.
El 1� de octubre de 1884, por ley N� 1532 se erige en Gobernaci�n Nacional, siendo su primer Gobernador el Cnel. Ignacio Fotheringham.
Formosa fue declarada Provincia de la Rep�blica Argentina reci�n el 30 de Junio de 1955, y su primer gobernador Constitucional fue el Dr. Luis Gutnisky.
La pol�tica nacional hacia los ind�genas se complet� con las misiones religiosas. Luego de realizar un vasto reconocimiento de distintas zonas del Noreste y tras largas gestiones, en el a�o 1899 surge la Misi�n de San Francisco Solano de Tacaagl� sobre el r�o Pilcomayo.
Su fundador fue el padre Terencio Marcucci recibiendo 20.000 hect�reas de laboreo para indios tobas.
En l�neas generales el funcionamiento de la Misi�n segu�a el modelo de las misiones Jesu�ticas instaladas hasta el Siglo XVIII.
La Misi�n compraba toda la producci�n a cada familia productora con un precio uniforme y luego la colocaba en la plaza de Formosa.
En plena conquista sin embargo, el contacto de misioneros y abor�genes conoci� momentos muy dif�ciles, cuando la exploraci�n del Bermejo implic� la muerte de misioneros jesuitas, como el Padre Gaspar Osorio y el Padre Ripari, sacrificados en 1639.
A�os despu�s, corrieron la misma suerte el Padre Salinas y Pedro Ortiz de Z�rate, como tambi�n el martirio de algunos, abri� camino para el trabajo abnegado de otros, que en oleadas sucesivas y con suerte desigual fueron llegando a estas tierras.
El sacerdote Franciscano Roque Chielli dedic� los mejores a�os de su vida para ayudar a los Chiriguanos y sus primeros a�os de trabajo transcurrieron en la misi�n La Loma de El Tabacal, hasta que en 1970 un acontecimiento imprevisto sacudi� su pac�fica existencia: lleg� la orden de desalojar de inmediato.
La catequesis de los Franciscanos entre los abor�genes se ha distinguido por un gran respeto a su lengua y sus costumbres.

HIDROGRAFIA

El sistema h�drico formose�o forma parte de la Cuenca del R�o de Plata y presenta caracter�sticas muy particulares Los tres r�os m�s importantes de la provincia de Formosa, constituyen sus l�mites naturales. Pilcomayo, Bermejo y Paraguay.

La mitad oriental de la provincia est� surcada por Riachos y arroyos de escasa importancia que discurren de Oeste a Este, casi paralelos entre s�; son temporarios de bajo caudal y sus albardones altos, sumados a la baja pendiente del terreno, impiden el libre drenaje y encauzamiento de las aguas, lo que da origen a grandes esteros y lagunas en las zonas m�s bajas, digamos de car�cter permanente, como los esteros Bellaco y Gallego. En general, todos presentan escasa o nula conexi�n con los sistemas de r�os, drenando por sus partes centrales, desarrollando sistemas de ca�adas, c�rcavas (arroyos Cuc� y Formosa) y cursos con albardones, anchos y de poca profundidad (Riachos Mbigu� y Lindo).

Existen tambi�n meandros y cauces abandonados, que permiten la formaci�n de r�os de car�cter irregular y temporario, y los denominados "madrejones" o "pozos", que son acumulaciones permanentes de agua que cobran vital importancia, en las �pocas de sequ�as prolongadas. Estos madrejones son en realidad parte de los cauces abandonados o r�os muertos, pertenecientes tanto al Sistema del R�o Pilcomayo como al del R�o Bermejo, o a otros sistemas fluviales ya fenecidos; entre los m�s caracter�sticos podemos mencionar al "Madrej�n de Las Lomitas", al "Pozo de Maza", "Pozo del Quebracho" y los madrejones formados en las �reas de antiguos derrames del R�o Pilcomayo Superior, entre Fort�n Nuevo Pilcomayo y Salto del Palmar.

CLIMA

El clima es c�lido y la temperatura media es de 22� C con variaciones extremas en verano que llegan hasta los 45� C. Formosa se debate entre la escasez y el exceso de humedad, variable seg�n la �poca. El total anual de lluvias ca�das en la zona oriental es de 600 mm. Desde el punto de vista agroecol�gico se la divide en tres grandes �reas: la zona este o h�meda, la zona centro o Sub-H�meda y la zona oeste o semi�rida.
A su vez, de acuerdo con su posici�n geogr�fica, se pueden distinguir dos tipos clim�ticos:a) Al oeste el clima es c�lido con estaci�n seca, temperaturas medias anuales superiores a los 23� C, con moderadas amplitudes t�rmicas estaci�nales y balance h�drico marcadamente deficitario.
b) Al este, el clima c�lido subtropical h�medo, con temperaturas ligeramente inferiores y precipitaciones abundantes durante todo el a�o, superiores a los 1.000 mil�metros anuales.
c) Entre ambos extremos se ubica una amplia faja de orientaci�n meridiana en la que se produce de Este a Oeste, una gradual disminuci�n de las lluvias de 1.000 mm a 650 mm anuales.
En rasgos generales, el clima de la Provincia de Formosa presenta caracter�sticas clim�ticas tropicales a subtropicales. La diferenciaci�n clim�tica es m�s marcada de Este a Oeste que de Norte a Sur, con incremento del grado de aridez y continentalizaci�n.

FAUNA

En la Provincia de Formosa la fauna es muy variada, destac�ndose el lugar que ocupa en el mantenimiento de este gran ambiente y por el rol que cumple para lograr un equilibrado funcionamiento del ecosistema.
Los m�s numerosos dentro de los Vertebrados, son los mam�feros y las aves; caracter�sticos ambos de espacios abiertos, muy adaptados a los ecosistemas existentes, encontr�ndose tambi�n reptiles (algunos de ellos venenosos como la v�bora de cascabel, yarar� y coral), anfibios y peces.
A pesar de que la fauna en general ha sido diezmada en algunos lugares, producto de la caza indiscriminada, provee de importantes recursos alimenticios, constituyendo adem�s una fuente de ingresos para los habitantes de la regi�n, pues comercializan: carnes, cueros, plumas, animales para mascotas, etc., los cuales tienen como destino los mercados extra regionales.

FLORA

En La Provincia de Formosa las masas forestales cubren aproximadamente 5.000.000 de has, predominando los bosques caducifolios, muchos de los cuales son xer�filos, aunque tambi�n hay presencia de bosques o selvas en galer�a, sabanas, palmares, pajonales, estepas y cardonales.
De acuerdo a las precipitaciones se puede dividir la provincia en dos Zonas:

  • Zona H�meda.

Ubicada en la porci�n Este, donde los bosques est�n constituidos por numerosas especies que pueden aparecer formando bloques continuos o formando isletas de extensiones variables.
Estos bosques se desarrollan sobre terrenos sobre elevados, antiguos albardones o lomadas, con suelos bien desarrollados, profundos y ricos en materia org�nica.
La estructura de estas formaciones es m�s simple que la que encontramos en la selva, donde podemos diferenciar tres estratos fundamentales: estrato arb�reo (con especies principales y secundarias), estrato arbustivo y estrato herb�ceo.
A su vez se pueden clasificar a los Bosques de acuerdo a la altura de los �rboles dominantes, en Bosques Altos y Bosques Bajos:

  • Bosques Altos.

La altura de los �rboles dominantes en este Tipo Forestal oscila entre 25 y 30 metros, y constituyen los mayores recursos forestales de esta regi�n.

  • Los ejemplares de las especies arb�reas ascienden a los 273 �rboles por ha, con volumen maderable entre 60 y 65 m3 por ha. (Datos del Inv. Ftal. en la Prov. de Formosa � Zona A)

Sobre el suelo, como cubierta viva que a veces se extiende formando un manto continuo sin interrupciones aparecen el Caraguat� (Bromelia serra) , el cardo chuza (Bromelia hieronymi) y con menor frecuencia la Ibira (Pseudananas macrodontes).
Las lianas y ep�fitas son menos numerosas que en la selva.

  • Bosques Bajos:

La altura de los �rboles dominantes es menor que en el Tipo Forestal anterior, oscilando las alturas entre 20 y 22 metros, los fustes son mas cortos, mas ramificados y menos cil�ndricos, presentando una conformaci�n menos satisfactoria, siendo en general de menor calidad.
Este Tipo forestal se desarrolla en los suelos mas pobres, con una composici�n de 250 �rboles por ha, y vol�menes maderables entre 50 y 55 m3 por ha

En toda la Zona H�meda H�medo son abundantes las sabanas, que sistem�ticamente son inundables en ciertos meses del a�o, con predominio de la vegetaci�n herb�cea (espartillo, paja amarilla, paja de techar).
Cuando estos campos bajos son de suelos alcalinos, el pastizal aparece salpicado de palmeras, la Palma colorada (Copernicia alba), que en algunos casos forman masas mas o menos puras y con ejemplares de hasta 20 metros de altura.
Existen otros sitios m�s bajos a�n, con suelos muy arcillosos, que permanecen con agua durante casi todo el a�o. Suelen tener forma alargada lo que denuncia su posible origen en un cauce fluvial poco profundo, que oscila entre 0,50 y 1,50 metros; se los denomina: esteros, ca�adas, ba�ados, y est�n poblados por abundante vegetaci�n palustre como: pir�, paja brava, juncos, totoras, peguaj� y sagitaria. En su interior aparecen plantas flotantes como: camalotes, repollitos y lentejas de agua e irup�s.

  • Zona Semi�rida.

Ubicada en el centro y oeste de la provincia, donde los bosques son m�s bajos, su estructura es m�s simple comparados con los de la Zona H�meda y el n�mero de especies es menor.
La altura promedio de los �rboles dominantes varia de 15 a 18 metros

En espacios abiertos y muy degradados se encuentran las denominadas �plazuelas�, con suelos desnudos por la erosi�n e�lica e h�drica y con abundante presencia de cact�ceas de los G�neros Cereus (Card�n, Ucle) y Opuntia (Quimil).
Asimismo existen �reas con suelos predominantemente arenosos y cubiertos con vegetaci�n herb�cea del G�nero Elionurus (Aibe). Estos son antiguos cauces fluviales o paleocauces.

SELVAS EN GALERIA (SELVAS MARGINALES)

Son formaciones selv�ticas higr�filas que se extienden a lo largo de las riberas de los R�os: Paraguay, Bermejo, Pilcomayo y sus afluentes. Difieren netamente de las comunidades flor�sticas aleda�as y normalmente ocupan pocos metros de extensi�n desde la orilla hacia el interior.
En Formosa las Selvas en Galer�a incluyen grandes �rboles como el Timb� colorado, Ibir� pit� guaz�, Inga, Alecrin, Manduvir�, algunos de ellos presentes en otros ambientes y tambi�n especies exclusivas de las selvas marginales como el Laurel negro, Laurel hu, Tarum�, Seibo, Ing�, Mata ojo, Sauce, Ambay, Sangre de drago, y dos bamb�seas: la Tacuara y la picanilla.

ARTESANIAS FORMOSE�AS

Para conocer a fondo las artesanias de Formosa, basta con recorrerar la Casa de la Artesania.Ubicada en la calle San Mart�n N� 802, la Casa de la Artesan�a abre sus puertas para mostrar y comercializar distintos objetos leg�timamente artesanales, realizados por miembros de las culturas toba, pilag� y wichi.


En su interior el visitante se encuentra con tapices, alfombras, cestas, mantas, ponchos, bolsos, fajas, vinchas, yicas, sikiat, kanatec, kajut�, art�culos de cester�a, collares, pulseras, tobilleras, morteros, jarras, cubiertos, animalitos y figuras humanas talladas en madera.



La materia prima utilizada por estas tres culturas proviene de elementos naturales, como la lana, la fibra vegetal de totoras, palma y paja brava, semillas, conchillas de r�o, colas de tat�, frutos de monte, plumas, madera, cuero, arcilla.
Al recorrer las instalaciones de la Casa de la Artesan�a, el visitante se encuentra en contacto directo con los artesanos, leg�timos artistas regionales, quienes revelan las t�cnicas utilizadas para alcanzar los motivos.


Entre sus secretos, relatan que obtienen la lana esquilando sus peque�os reba�os o intercambiando con alguna criolla del lugar sus productos terminados. La escardan y luego la hilan, pr�cticamente no conocen la rueca, salvo rar�simas excepciones. Despu�s de hilada la lavan y la ti�en.


Entre las artesan�as hechas con fibra vegetal cabe destacar la realizada en chaguar, la m�s importante de la etnia wichi. Se trata de una bromelia que crece abundantemente en toda la regi�n central y oeste de la provincia de Formosa. Hay una gran variedad de la misma especie, pero las artesanas seleccionan dos o tres de ellas para trabajar, ya sea por el largo o la finura de su fibra.


Por otro lado la alfarer�a es completamente utilitaria y por ende est� desprovista de toda ornamentaci�n, ya sea en apliques, incisiones o pinturas. El artesano toma la tierra en seco, la muele en un mortero, y despu�s la pasa por un cedazo hecho por una fina trama de chaguar, para sacarle las impurezas.


Con respecto a la talla en madera, el �nico artesano es el var�n. En la cultura aborigen los roles por sexo est�n bien diferenciados, y as� como no se encuentran varones que tejan, tampoco se encuentran mujeres que trabajen en madera. Trabajan especialmente en palo santo, que es una madera dura y perfumada, con ella realizan morteros, jarras, cubiertos, animalitos y figuras humanas. Actualmente han incurrido en una nueva t�cnica de combinar distintas maderas anexadas a otros elementos, como por ejemplo huesos.




Luego de esta explicaci�n, en la que contamos las t�cnicas y desarrollos de los objetos, sugerimos no regatear los precios de las artesan�as. Respetemos la dedicaci�n, el tiempo y el trabajo de estos artesanos. En nosotros est� que sus conocimientos no se pierdan en el traspaso generacional.

Una de las excursiones que m�s �xito tiene entre los turistas es la navegaci�n por los r�os formose�os. otras opciones son participar en la Fiesta del Pomelo en Laguna Blanca o visitar el Parque Nacional Pilcomayo.

PARQUE NACIONAL PILCOMAYO

Ubicado en el noreste de la provincia de Formosa, a orillas del r�o que le da su nombre, fue creado en 1951 con una superficie inicial de 285.000 hect�reas, que fue disminuyendo con el tiempo hasta llegar a la actual: tan s�lo 47.000 hect�reas. La superficie de este parque conforma una extensa planicie con pendientes muy reducidas y orientadas en general de noroeste a sudeste, presentando depresiones que dan origen a esteros, ba�ados y lagunas de diversas magnitudes. La parte m�s elevada la constituye la franja que bordea el r�o Pilcomayo, que forma albardones, �reas de terreno que crea el mismo r�o durante sus peri�dicas crecientes con el material de arrastre que traen sus aguas y que va deposit�ndose en la orilla.

 

En este Parque encontramos el mosaico de ambientes t�pico del Chaco H�medo, Chaco Oriental o Chaco de Esteros, Ca�adas y Selvas de ribera. Esta variedad de ambientes est� en gran parte determinada por la ubicaci�n del �rea. La misma se encuentra enclavada en la porci�n m�s h�meda de la regi�n chaque�a. El aporte de agua est� dado tanto por las lluvias (caen entre 950 y 1.200 mm al a�o) como por las peri�dicas crecidas de los r�os de la regi�n. Esta abundancia de agua permite el desarrollo de una gran gama de ambientes acu�ticos, cubiertos por una rica vegetaci�n que a su vez sostiene numerosas especies de la fauna silvestre. Dominan el paisaje los extensos palmares de Palma Blanca o Caranday, acompa�ados por pastizales, que prosperan en zonas inundables.All� podremos observar alguna Chu�a de Patas Rojas o un grupo de �and�es. Los terrenos m�s altos, que est�n fuera del alcance de las inundaciones, est�n ocupados por un tipo de vegetaci�n distinta  . Se trata de bosques, que se disponen en isletas rodeadas de los terrenos inundables ocupados por los palmares mencionados. Habitan estos bosques mam�feros como el Zorro de Monte y una gran variedad de aves  . Sobre las costas del caudaloso R�o Bermejo, que conforma el l�mite norte del Parque hallaremos un denso bosque, con �rboles de hasta 20 metros de altura, cubiertos de enredaderas, lianas y ep�fitas. Es la Selva en Galer�a, que se nutre de los aportes de sedimentos prove�dos por los peri�dicos desbordes del Bermejo. El Mirikin� o Mono de Noche a�n puede ser hallado en este restringido ambiente, que constituye su principal refugio. Finalmente, en los terrenos donde el agua permanece la mayor parte del a�o, se desarrollan los ambientes acu�ticos. Estos est�n representados por los esteros, ba�ados, ca�adas y embalsados. Los hallaremos asociados a lagunas y a tramos de r�o desconectados del curso principal: los madrejones o lagunas semilunares. Estos cuerpos de agua son caracter�siticos de los r�os de llanura que poseen un recorrido con muchas vueltas o meandros. Dado que el r�o cambia peri�dicamente de curso, es frecuente que abandone amplios sectores, dejando a su paso numerosas lagunas en forma de medialuna, llamadas por ello "semilunares". La fauna que habita estos ambientes es muy abundante, especialmente en aves acu�ticas y en reptiles como los Yacar�s.


SUPERSTICIONES Y LEYENDAS

EL POMBERO

Cuentan en Formosa que una vez el Pombero se enoj� con Marco Gavasa, un hachero. Y durante la noche, lo sac� del rancho con cama y todo y lo dej� en medio del monte. esto mismo se repiti� durante varias noches hasta que una vez lo dej� paral�tico de un golpe. Gavasa muri� en 1972 a los 86 a�os.

LA PACHA MAMA (ver en supersticiones y leyendas)

LA LEYENDA DE LA ISLA DE ORO

Esta historia se remonta a 1869,a aproximadamente, tal vez un poco antes o un poco despu�s. La fecha exacta no es importante; s�, en cambio, los hechos, porque dieron lugar al nacimiento de una leyenda. Por aquellos a�os (1865-70) se libraba una guerra de exterminio entre el Paraguay y los pa�ses de la Triple Alianza, Brasil, Uruguay y Argentina. Se cuenta que las tropas paraguayas comandadas por el mariscal Francisco Solano Lopez ven�an en retirada desde Corrientes, bajo el asedio de las poderosas fuerzas aliancistas. El mariscal, que se desplazaba en un barco, orden� al capit�n que atracara en una costa para desembarcar el oro, las joyas y las libras esterlinas que transportaba con �l y que no deb�an caer en manos del enemigo. La orden se cumpli� de inmediato y el barco recal� en una isla solitaria. All� mismo fue enterrado el tesoro, pero el lugar, s�lo el mariscal y algunos pocos hombres de su confianza lo supieron, y todos ellos se llevaron el secreto a sus tumbas. Con el correr del tiempo, muchos aventureros muchos hombres y mujeres, llegaron a la isla para tratar de hallar la gran fortuna escondida. Pero todos sus esfuerzos fueron in�tiles; nunca encontraron nada. Pronto comenz� a correr el rumor de que el tesoro estaba custodiado por seres extra�os e intocables; tal vez los espectros de los soldados m�s leales del mariscal. Hasta hoy persiste la creencia de que la isla guarda un magn�fico tesoro, porque en noches de luna se levanta de alg�n lugar de la tierra un resplandor, un fr�o arco iris que se refleja en las ramas de los �rboles que rodean el enigma.