Nada más opuesto a la 
										pampa de Martín Fierro que la populosa y 
										a veces ensordecedora Plaza de Mayo. Sin 
										embargo, ahora es posible -a pocos 
										metros de ésta- escapar del urbano 
										torbellino y adentrarse en un mundo 
										donde el paisano, el resero y el caballo 
										criollo se encargan de recordarnos el 
										permanente vínculo entre la ciudad y el 
										campo. 
										Para eso no hay más 
										que descender al subsuelo del antiguo 
										edificio del diario La Prensa, hoy sede 
										del Espacio Casa de la Cultura, de la 
										ciudad de Buenos Aires, Avenida de Mayo 
										575, donde se realiza la exposición 
										"Historia del campo en la ciudad, 150 
										años de consignatarios, reseros, 
										mercados y barrio de Mataderos". 
										Allí, en el mismo 
										espacio -de 1500 metros cuadrados- donde 
										en otros tiempos funcionaron las 
										rotativas de La Prensa, se encuentra un 
										abigarrado despliegue de elementos 
										camperos, pilchas gauchescas y nítidas 
										fotografías, que ofrecen la más completa 
										imagen de todas las tradiciones que aún 
										se conservan intactas en el histórico y 
										siempre vigente Mercado de Liniers. Se 
										trata de una muestra que incluye no sólo 
										lujosos recados de plata, sino aquellos 
										que son todavía de uso diario en la gran 
										plaza ganadera. 
										Las piezas fueron 
										recopiladas -tras ardua labor- por el 
										gerente del Centro de Productos del 
										país, Eduardo Crouzel. Algunas de ellas 
										provienen del Museo de los Corrales, que 
										funciona en Mataderos, y muchas otras 
										llegaron a las vitrinas por gentileza 
										del personal de a caballo que trabaja 
										hoy en Liniers. 
										Ante la variedad de 
										objetos, la mirada vacila a la hora de 
										elegir cuál de ellos merece más 
										atención: estribos, facones, espuelas, 
										boleadoras, rebenques, cencerros, lazos, 
										ponchos, chiripás y maneas. 
										"La idea -refirió 
										Jorge Aguirre Urreta, presidente del 
										Centro de Consignatarios de Productos 
										del País y Mercado de Liniers SA- 
										consiste en dar a conocer al público 
										urbano los detalles concernientes a la 
										historia de los distintos mercados que 
										existieron en Buenos Aires, en especial 
										del actual Mercado de Liniers, sin 
										obviar la impronta de los trabajadores, 
										y entre ellos, particularmente, de los 
										consignatarios, que desde 1862 -año en 
										el que su actividad fue reglada por el 
										Código Civil de Vélez Sarsfield- 
										constituyen el motor de los distintos 
										mercados." Agregó que otro de los 
										objetivos de la muestra es tornarla 
										itinerante: "Si alguna municipalidad del 
										interior muestra interés en ella, le 
										avisamos desde ya que estamos dispuestos 
										a montarla en cualquier parte". 
										La exposición, que 
										seguirá en pie hasta el 7 de agosto -de 
										martes a domingo, de 14 a 20 se ha 
										desarrollado hasta ahora con el éxito 
										esperado por sus organizadores. Según la 
										opinión de Aguirre Urreta, eso se debe 
										"a que cada vez son más los argentinos 
										que han adquirido conciencia de que un 
										país sin tradición es un país sin 
										futuro". 
										Aunque, como en todos 
										lados, Internet y las diversas 
										tecnologías modernas tiñen de un nuevo 
										cariz la actividad del mercado de 
										hacienda, la impresión que deja la 
										muestra es que la forma y la 
										indumentaria de los reseros actuales 
										son, en gran medida, las mismas de hace 
										100 años. 
										La serie de charlas 
										programadas con objeto de profundizar en 
										diversas tradiciones constituye otra 
										fuente de interés de la muestra.