Por Juan Carlos Fiorillo - 
							Música Gustavo Leguizamón y Letra Manuel J. Castilla
							 
							
							
							El Hostal Cerro Azul, se 
							encuentra ubicado dentro de lo que fue, y en su 
							mayor parte continúa siendo, la finca de la familia 
							Carenzo. 
							
							Dicha finca era 
							utilizada, durante la época colonial, como lugar de 
							descanso y de cambio de herraduras de los animales 
							que eran enviados, vía la Quebrada de Humahuaca, 
							hacia el Alto Perú. 
							
							En épocas más cercanas, 
							la antigua casa colonial ubicada a 100 metros del 
							hostal, fue escenario de grandes veladas artísticas 
							gracias a las gestiones de la abuela de los actuales 
							habitantes de la finca, conocida como la “Niña 
							Yolanda”. La Sra. Yolanda Pérez de Carenzo, además 
							de ser una muy buena pianista, organizaba reuniones 
							en dicha casa a las que concurrían artistas de la 
							talla de Eduardo Falú, el Cuchi Leguizamón, Manuel 
							Castilla, Ariel Ramírez -nos han contado los Carenzo 
							que parte de la famosa Misa Criolla se escribió aquí 
							en Lozano-, Pablo Neruda, Jaime Dávalos, etc. Debido 
							a todo esto, el Cuchi Leguizamón y Manuel J. 
							Castilla decidieron dedicarle a la “Niña Yolanda” 
							una zamba: la famosa Zamba de Lozano. 
							
							Según nos han contado 
							Luis y Nicolás (los nietos de Yolanda), la vía de 
							acceso más común a la casa era el ferrocarril que 
							pasaba justo por detrás. Cuando había pasajeros que 
							bajaban en la finca, el tren avisaba y la gente se 
							bajaba. Para el cumpleaños número 50 de la Sra. 
							Yolanda, el Cuchi Leguizamón y Castilla decidieron 
							darle una sorpresa a la homenajeada. 
							
							Ese día el tren paso de 
							largo por la casa para desazón de la Sra. Yolanda, 
							que esperaba que de él se bajaran todos los 
							invitados a la fiesta. En vez de esto, los invitados 
							se bajaron unos metros después y entraron 
							sorpresivamente a la casa cantando la nueva zamba: 
							“La Zamba de Lozano”.
							
							Hasta hace unos años 
							durante el mes de agosto, se realizaba en el 
							anfiteatro construido en la finca un festival 
							folclórico en homenaje a la señora Yolanda: “La 
							serenata a la Niña Yolanda”. 
							
							El festival empezaba con 
							la ceremonia de agradecimiento a la Pachamama, la 
							madre tierra, como es tradicional durante el mes de 
							agosto en toda la provincia, y luego seguía la 
							música. Concurrían artistas de la provincia y 
							también de todo el país. 
							
							Fuente: Notas y fobal.
							
							Cielo arriba de Jujuy,
							
							
							camino a la Puna me voy 
							a cantar: 
							
							flores de los tolares
							
							
							bailan las cholitas del 
							Carnaval.
							En 
							los ojos de las llamas 
							se mira solita la luna de sal 
							y están los remolinos 
							en los arenales dele bailar.
							
							Ramito de albahaca,
							
							
							niña Yolanda ¿dónde 
							estarás? 
							
							Atrás, se quedó 
							alumbrando 
							
							su claridad: 
							
							flores de los tolares
							
							
							bailan las cholitas del 
							Carnaval.
							 
							
							Jujeñita, quien te vio
							
							en la puna triste, te 
							vuelve a querer. 
							
							Mi pena se va al aire
							
							
							y en el aire llora su 
							padecer.
							 Me 
							voy yendo; volveré. 
							Los tolares solos se han vuelto a quedar. 
							Se quemarán tus ojos: 
							zamba enamorada del Carnaval.
							
							Ramito de albahaca,
							
							
							niña Yolanda, ¿dónde 
							estarás? 
							
							Atrás se quedó 
							alumbrando 
							
							su claridad. 
							
							Vuelvo a las abajeñas:
							
							
							ya mi caballito no puede 
							más.
							
							Fuente: Folkloreadas 180