Tengo 
								una zamba que ya está en el mundo, se llama 
								“Alfonsina y el mar” está dedicada a la 
								escritora Alfonsina Storni, porque ella tuvo un 
								maestro en su infancia que se llamó Zenón 
								Ramírez, era mi padre  Cuando ella murió  fue él 
								quien me contó su vida y todo su sufrimiento.  
								Lo cierto es que cuando estaba componiendo 
								“Mujeres Argentinas”  se cumplía un nuevo 
								aniversario de su muerte. Entonces Félix Luna me 
								dijo “no podés dejar de escribir sobre 
								Alfonsina”. Y me trajo sus poemas. Muchos que ya 
								conocía por mi padre.  Me llevó a ver los 
								diarios del día de su muerte, cuando recogieron 
								su cadáver y lo metieron en un tren que llegó a 
								Constitución”.  
								
								Y sigue diciendo: 
								“Cuentan los diarios del 1938  que hubo más de 
								2000 personas en la estación para recibir sus 
								restos.  La poetisa, la gran mujer y la 
								directora de enseñanza de niños.  A ella que se 
								crió en Coronda con su padre y se educó con el 
								mío, la esperaba un público de niños de 10 a 12 
								años, 15, 20, quienes habían dejado de serlo 
								pero habían sido alumnos de ella.  Ese acto de 
								amor  me conmovió profundamente. Si bien yo no 
								la conocí personalmente, mi padre  me había 
								trasmitido mucho de su infancia.  Entonces me 
								resultó muy fácil escribir sobre ella.  Primero 
								yo hago la música y Luna escribió la letra.  Hoy 
								es una de las canciones más famosas en el 
								mundo.  No hay país que no la cante, En Israel, 
								Grecia, Holanda, traducida a muchísimos 
								idiomas”.
								
								Basándose en el 
								último poema que compuso la famosa escritora 
								nacida en Suiza, residente en el país desde su 
								adolescencia, titulado "Voy a dormir",  Luna y  
								Ramírez logran una zamba prodigiosa en su texto 
								y en su música y que ha sido una de la que se 
								han realizado más versiones en la historia de la 
								canción argentina. Pero nadie ha logrado 
								cantarla con mas emoción y ternura que la 
								tucumana Mercedes Sosa, para cuya voz y 
								expresividad femeninas parece hecha a su 
								medida.  
								
								Alfonsina dice en su 
								poema: “Déjame sola: oyes romper los brotes.../ 
								Te acuesta un pie celeste desde arriba/ y un 
								pájaro te traza unos compases/ para que 
								olvides...gracias. Ah, un encargo:/ si él llama 
								nuevamente por teléfono,/ le dices que no 
								insista, que he salido”. La letra de Luna 
								interpreta cabalmente el pensamiento poético.
								
								
								“Alfonsina y el mar” 
								es una zamba compuesta por Ariel Ramírez y Félix 
								Luna, publicada por primera vez en el disco de 
								Mercedes Sosa “Mujeres argentinas” de 1969. La 
								canción es un homenaje a la poeta Alfonsina 
								Storni, que se suicidó en 1938 en Mar del Plata, 
								saltando al agua desde una escollera, aunque, 
								según la canción, se internó lentamente en el 
								mar.
								
								Es una canción muy 
								popular en todo el mundo de habla hispana, que 
								ha sido interpretada por muchos otros cantantes 
								famosos: Los Chalchaleros, Franco Simone, 
								Alfredo Kraus, Tania Libertad, Ginamaría 
								Hidalgo, Andrés Calamaro, Nana Mouskouri, la 
								portuguesa Cristina Branco o los españoles 
								Pasión Vega, acompañada del tenor José Carreras 
								y Paloma San Basilio. También han interpretado 
								este tema Plácido Domingo, Los Panchos, Chabuca 
								Granda, Vicente Fernández, Lucho Gatica, Manuel 
								Mijares, Lucecita Benítez, Miguel Bosé, Shakira 
								y Patricia Sosa. La lista es larga, la canción 
								hermosa.
								
								Por la blanda 
								arena que lame el mar
								su pequeña huella no vuelve más,
								un sendero solo de pena y silencio llegó
								hasta el agua profunda.
								Un sendero solo de penas mudas llegó
								hasta la espuma.
								
								Sabe Dios que angustia te acompañó
								qué dolores viejos calló tu voz
								para recostarte arrullada en el canto
								de las caracolas marinas.
								La canción que canta en el fondo oscuro del mar
								la caracola.
								
								Te vas Alfonsina con tu soledad,
								¿qué poemas nuevos fuiste a buscar?
								Una voz antigua de viento y de sal
								te requiebra el alma y la está llevando
								y te vas hacia allá como en sueños,
								dormida, Alfonsina, vestida de mar.
								
								Cinco sirenitas te llevarán
								por caminos de algas y de coral
								y fosforescentes caballos marinos harán
								una ronda a tu lado.
								Y los habitantes del agua van a jugar
								pronto a tu lado.
								
								Bájame la lámpara un poco más,
								déjame que duerma nodriza en paz
								y si llama él no le digas que estoy
								dile que Alfonsina no vuelve.
								Y si llama él no le digas nunca que estoy,
								di que me he ido.
 
								
								Fuente: 
								Folkloreadas 181