EL RANCHO EN EL DELTA DEL PARANA

Se construía generalmente a la margen de un arroyo, a pocos pasos de la orilla y a la sombra de un campo de sauces.

Una simple estaca de 6 varas en cuadro, sostenía un techo de paja con paredes formadas de juncos o ramas.

Se trataba de una obra de pocos días que duraba muchos años. El moblaje se componía de un cañizo para dormir y otro más alto para despensa; una mesa de ceibo, algunos bancos y platos de la misma madera; asador, olla, pava o caldera de hierro, un mate y un saco de camuatí para la sal.

Todo esto comprendía cuanto el hombre necesitaba para seguridad y reposo, su comodidad y placer.

La cabaña tenía su patio y puerto, la chalana, tiene timón y vela lo que la diferencia de la canoa que no los tiene, y cuando le falte el viento, anda al impulso de su botador.

Si es muy chica se maneja como la canoa con una espadilla o pala que sirve a la vez de remo y gobernable.

La chalana y el baño, estaban defendidos del sol por las frondosas ramas colgantes.

El corto número de sus habitantes, que elegían para establecerse arroyos apartados, no alteraba el aspecto solitario y montaraz del país, además, para establecerse, elegían arroyos apartados de los canales de navegación, por eso no es extraño que los viajeros consideraran aquellas regiones como deshabitadas.

Esto fue escrito en 1856 y ya para 1900, las islas del bajo delta se hallaban ocupadas por un considerable número de hijos del país y extranjeros que allí se afincaron.

Basado en conceptos de Marcos Sastre, escritor y educador argentino de origen uruguayo. (1809-1887). Si principal obra es EL TEMPE ARGENTINO, en el que bellamente describe el Delta del Paraná.  Fundó varias escuelas.

cañizo: tejido de cañas y bramante o cordel.
chalana: pequeña embarcación plana, sin quilla, generalmente sin cubierta