PLUMAS CON FUNDAMENTO-  EL MOGOTE 
Chacarera Letra y música: Lula Fernández
Por Carlos Arancibia

Una larga charla nos juntó en Bahía Blanca con ese talentoso cordobés a quien conocí hace unos años en Cosquín como integrante del trío Síntesis.  Entre tantas historias de sus canciones desgranó esta:

El Mogote es una lomita que tenemos en Río Cevallos.  Ha sido para muchas generaciones un punto de referencia, de caminatas.  Desde la cima se la ciudad de Córdoba, que está a 30 Km. al sur.  Y hacia el norte te adentrás en las sierras.  Hay otro lugar turístico” las pisaditas”, llamado así porque la erosión en la piedra volcánica dejó rastros que parecen pisadas de indios, y hay toda una leyenda sobre ese tema. El Mogote aparte de ser conocido por la gente de la zona, para mí tiene un encanto especial, está de centinela a unas cuadras detrás de la casa de mis viejos. Al empezar a cantar la chacarera se arrimó gente de 3 generaciones para contarme sus historias con El Mogote.  Un hombre me dijo que “Éramos chicos en la revolución del ´53, pero recuerdo que subíamos y desde allí veíamos caer las bombas en  la ciudad de Córdoba”.  Hubo gente que se acordaba de haber subido con su padre o abuelo. De chango yo me sentaba en sus piedras para soñar.

Recitado

A espaldas de mi casa paterna vive el Mogote, un gran cerro que en realidad no es más alto que los otros, pero este dio un paso al frente y se adelantó al resto de las sierras para ganarles el horizonte justo donde las tardecitas se incendian de puro Oeste.  Además la cima del Mogote no es como la de cualquier otro monte serrano.  Este tiene punta de molle, y es que afinando su silueta como una flecha que apunta al cielo, parado como un trebolito, inmemorial como un saurio vive el viejo molle.  Cuentan los viejos, que de cuando changos el molle ya estaba allí. Cuentan también que si alguien hachara al viejo árbol, el cerro se derrumbará porque el Mogote está atado al cielo por un tientito invisible que sale desde el molle y lo sostiene desde arriba.  Es por eso que las nubes se parten en dos cuando pasan por el Mogote.  Y mientras tanto yo sigo mirando como cuando era niño sin darme cuenta que mi tiempo corre mucho más rápido que el tiempo del Mogote.

Voy a subir al Mogote
pa´que broten los recuerdos
para divisar el cielo
como ha crecido mi pueblo.

Como un trébol de a lo lejos
en la punta un viejo molle
viejas flechadas de infancia
ya  quisieron que lo nombre.

De ande vengo es deánde soy
y eso no lo cambia el tiempo
por más que cambie el lugar
llevo mi paisaje dentro.

Te estoy cantando Mogote
con un aire de nostalgia
viendo perdurar tu molle
se me ha escapado la infancia.

Recitado

Por las noches desde la cima del Mogote puede verse rumbo al Sur, sobre la lejanía de la gran ciudad que del cielo baja una lengua a probar ese inmenso charco de estrellas. Y el horizonte confundido no entiende adonde termina el cielo y donde comienza la tierra.  En la soledad de las siestas, rumbo del Norte las iguanas se beben al sol de las milenarias Pisaditas y entonces el Mogote es como un portal natural inmenso que divide el paisaje en dos dimensiones paralelas.  A un lado el paisaje del hombre con sus sueños y sus miserias.  Al otro lo natural, el canto del viento, los aromas de la tierra…

Las tardes de caminata
Si habré apreciado tu vista
Cuando un alto bajo el molle
Camino a las Pisaditas

Y el piecito del Mogote
los techos del pobrerío
le ponen flores de chapa,
al valle del barrio mío.

Las luces de la ciudad
son como una gran marea,
no sé si el cielo está abajo
o si han caido las estrellas.

Te estoy cantando Mogote
con un aire de nostalgia
viendo perdurar tu molle
se me ha escapado la infancia.

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