ROLANDO “CHIVO” VALLADARES “CON LA MÚSICA COMERCIAL QUE SE ESTÁ IMPONIENDO, LA GENTE  NO TIENE MOJONES PARA AFERRARSE A ELLOS”
Por: Senda Folclórica

Si hablamos de los referentes del folklore del noroeste argentino, ineludiblemente tenemos que nombrar a Rolando “Chivo” Valladares, cantautor que ha sabido traducir en su obra el aroma, paisaje y sentir de su tierra natal: Tucumán. Nacido en la segunda década del siglo pasado es testigo invalorable de los cambios que han ido surgiendo en el panorama de la música de raíz folklórica.

 Tiene apenas 86 vitales años, interprete, autor y compositor autodidacta, más de cien canciones avalan la distinción de “Mayor Notable Argentino en el Congreso de la Nación” otorgado por su Comisión de Cultura en el año ´2000.  En su casa en la ciudad de San Miguel de Tucumán ha sabido entrelazar las melodías de diferentes estilos zambas, baguala y hasta algún tango mientras el amanecer empezaba a cantar con los gallos y con la claridad las flores de tarcos (jacarandá) se volvían vidalas.

 Cantores de la talla de Mercedes Sosa, Los Chalchaleros, Jorge Cafrune, Los Fronterizos, y muchos de nuestros músicos populares han grabado sus temas. La vida le fue yapando compañeros para la creación.  Unidos en la misma senda le puso pájaros musicales a la honda poesía de Raúl Galán “Coya muerto en el ingenio”, “Vidala del llanto”, con Eduardo Falú “Ay, mi amor”, con José A. Moreno “Los meleros”, “zamba del familiar”, “Coplas de la luna”, de su propia autoría”Este Tucumán mío”,”Subo”,” Lejos” (por nombrar algunas). Y  junto a Manuel J. Castilla han dejado un legado incalculable para nuestro cancionero como” Zamba del romero”, “Bajo el sauce solo”,” Vidala del lapacho”,” Vidala del llanto” entre las más difundidas. Desde l941 su obra ha engalanado nuestra música folklórica.

-Delfín Valladares, mi padre era escribano, un fino poeta, cantor muy sensitivo, tenía el don de expresarse muy bien captando la atención de los presentes cada vez que tocaba la guitarra y cantaba. Recuerdo que siendo muy chico le pedí a Dios que me hiciera cantor como mi padre y El no solo me dio ese don sino también el de crear letra y música.  Así que mi deuda con Dios es igual a la que tenemos con el FMI ¡Impagable!

-¿Lo apoyó cuando decidió cantar?

-- No, porque pertenezco a  una primera generación de folkloristas.  Entonces llevar una guitarra bajo el brazo, significaba dejar que la noche madure mientras  se cantaba con amigos y macharse,  y a  ningún padre le gustaba eso para sus hijos. Soy autodidacta, aunque mi mujer era profesora de música nunca dejé que me enseñe, en algo quería hacer mi voluntad con el respeto que me impongo yo por las cosas.

-¿Le ha hecho caso?

-Esa es mi norma a seguir. Las palabras mágicas que significan “la música”: para mí el canto del hombre es la expresión más cercana del alma.

-¿Comienza a cantar con el trío Ollantay junto a Fernando Portal y Octavio Corvalán , pero ¿Cómo
empieza a componer?

- Por necesidad espiritual. Hago mi primera vidala “Subo”con la íntima emoción que se debe sentir para elaborarlas. La vidala es el entorno que lo lleva a uno, y también se da según el estado de ánimo. No siempre se pueden o se deben hacer vidalas. La letra lleva el ritmo, el sentimiento debe aflorar en cada composición.

-¿Qué debe tener la letra para unirla a su música?

-Debe tocar la sensibilidad del hombre, nunca busqué obras literarias, sino letras que me supieran

trasmitir una vivencia, algo tan simple como el dolor o la alegría del hombre.  En el folklore no se puede escribir a larga distancia. Castilla por ejemplo se metía en el monte  o en la mina para escribir sobre esos personajes anónimos.

-¿Los encuentros con Castilla los llevaban siempre a madurar en canciones?

-Fue como si fuera una relación de muy muchos años, aunque nos en realidad fueron 6 o 7 veces, en mi casa o en la suya, al reencontrarnos la alegría volaba en el poema y en las cuerdas de la guitarra, y seguro que al despedirnos la tristeza de no seguir juntos, hacia brotar una nueva canción. Teníamos una conjunción muy grande, pero los tiempos y las mishiaduras nos hacían despedirnos sin saber cuando nos veríamos nuevamente.

-¿Perteneció al movimiento literario  La carpa?

- Sí  aunque no pertenecía en carácter de hombre de letras, era  muy amigo de algunos de sus integrantes como Raúl Galán o Julio Ardiles.

-¿Pudo vivir de su música?

-No en el sentido económico propiamente dicho, si en lo espiritual, en la emoción. Nunca pensé en lo que podría ganar si componía un tema, me interesó solo que el mensaje sea puro,  Yo me jubilé en el Instituto Miguel Lillo, una institución dedicada a realizar estudios sobre la flora, fauna y arqueología de nuestra provincia.

-¿Qué función cumplía allí?

-Hacía trabajos de campo. Fue  una enseñanza hermosa poder andar investigando sobre la vida de las  aves, las plantas…me dejaba adentrarme en el paisaje de mi tierra  y mi gente. Me dejó conocerla más para tratar de pintarla en mis canciones.

-El año ´73, fue un momento de total creación  como si todo lo madurado dentro del madero de su guitarra se derramara sobre el pentagrama…….

-Fue la conmoción  emocional por la muerte de Raúl Galán el año anterior, compongo “Vidala del último día” y después hago 8 o 9 canciones rápidamente en una semana, es la única vez que me pasó.

-¿Piensa que se repetirá un generación literaria de los anos ´40 o ´50?

-Lo que pasa es que hay un remolino muy grande que está girando todavía con mucha fuerza, eso tiene que producir un filtro…falta una orientación, aún falta un rumbo.  Sabe lo que pasa el cambio generacional no es más de 20 o 30 años, entonces se juntan 4 o 5 generaciones que piensan diferente.  Hay que esperar  que se decante, seguro va a quedar algo muy bueno, purificado.

-¿Quiere decir que esas generaciones no se escuchan entre sí?

-Sí lo hacen pero cada una cuenta sus cosas peleando por lo suyo. La juventud es un ariete tremendo que arremete con mucha fuerza, cada una quiere hacerse valer, entonces se han juntado muchas puntas.  Hay que ver que es lo que queda, porque entre todo eso y la música comercial que se está imponiendo la gente no tiene los mojones musicales para aferrarse a ellos, ese es el gran peligro: que el comercio se imponga y le falte estructura a la música.  Claro, al no haber unión, las diferentes fracciones se debilitan, ya no juntan la fuerza de la punta de lanza sino que son seis o siete puntas, en consecuencia son la misma cantidad de mensajes que le llegan al pueblo.

- En sus homenajes  siempre le rinden tributo jóvenes cantores ¿Cuál es el secreto de la vigencia
de sus canciones?

-El mundo que nos tocó vivir, con tantas conmociones religiosas, políticas y sobre todo la decadencia moral yo  siempre conservé mis ganas de aprender.  Cada una de mis canciones es el reflejo de vivencias. Hay que decir que el artista entra con su esperanza como persona sensible para saber expresar, pero hay que esperar que pase ese enorme nubarrón que se ha levantado como continuación de la bomba atómica se disipe y se decante todas las cosas negativas para que podamos ver el horizonte que esperamos todos los hombres.

Muchas de sus canciones esperaron años para aflorar en el conocimiento del
público. No es casual  cuando se vive sin más ataduras que las que le
dicta las cuerdas de su guitarra, forjando un destino de  añoso árbol donde
encuentran siempre refugio los pájaros al llegar la noche.

 

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