La provincia de Tucumán está
ubicada entre los paralelos 26° y 28° de latitud sur y
los meridianos 64° 30¹ y 66° 30¹.
En línea recta, dista 540 km de las costas del Pacífico,
1.050 km de las aguas de la boca del Río de la Plata y
unos 1.400 km del Océano Atlántico.
Límites Geográficos
Limita al norte con Salta, al sur y al oeste con
Catamarca y al este con Santiago del Estero.
Superficie
Abarca una superficie total de 22.524 km2.
Es la provincia más pequeña del país (ocupa el 0,8 % de
la superficie argentina).
Demografía
La población es de 1.142.247 habitantes, según el último
censo nacional realizado en 1991. La densidad es de 50,71
habitantes por km2, la más alta del país.
Su capital es San Miguel de Tucumán.
HISTORIA
En
la época del descubrimiento de América, la Región Del
Tucumán se extendía a casi todas las actuales
provincias del Noroeste Argentino.
El
31 de Mayo de 1565, Don Diego de Villarroel fundó
la ciudad de San Miguel de Tucumán.
Esta
gobernación abarcaba lo que actualmente es el territorio
de siete provincias argentinas: Jujuy, Salta,
Catamarca, La Rioja, Tucumán, Santiago del Estero y
Córdoba; en total unos
700.000 km2.
En
1685 fue trasladada, por orden del entonces
Gobernador Don Fernando de Mendoza y Mate de Luna, a 65
km de lo que hoy es la capital de la provincia.
Tucumán
logró rápidamente insertarse en la economía
altoperuana, especialmente a través de la producción
de textiles de algodón, y ya en el siglo XVII con
la venta de mulas, ganado cimarrón y sebo.
También
fue protagonista de un tráfico comercial interregional
con Chile, Potosí y Paraguay.
En
el siglo XIX, más precisamente el 9 de julio de 1816,
se declaró en la casa de Doña Francisca Bazan de Laguna,
en San Miguel de Tucumán, la Independencia
argentina.
GEOGRAFIA
Geográficamente
Tucumán presenta dos regiones bien diferenciadas: llanuras en el este y
montañas al oeste.
La
parte llana de la provincia es el extremo occidental del
Gran Chaco, mientras que las formaciones
montañosas del oeste son más heterogéneas: al norte, por
ejemplo, se hallan las sierras subandinas, en
tanto que en la parte occidental predominan las sierras pampeanas. Los cordones montañosos de Tucumán
están separados por bolsones y valles.
Sin
duda, las cumbres más importantes de la provincia son las
Calchaquíes, que engalanan el sector meridional de
la Puna, y la sierra del Aconquija, a la que
pertenecen los picos más altos, como el Nevado del
Candado, de 5.450 mts y el cerro del Bolsón,
de 5.550 mts.
EL CADILLAL - DIQUE CELESTINO GELSI
Es señalado como el
lugar más apropiado para la intensa afluencia de
turistas, la práctica de deportes y para acampar. El
dique está situado a 26 km al norte de la ciudad y el
camino de acceso es asfaltado.
Con su singular
belleza, el lago, cubre 1.400 hectáreas y tiene 11 km de
largo en la parte más extendida; la zona es montañosa, ya
que hasta allí llegan las últimas estribaciones de la
sierra de Medina.
Las prácticas
deportivas con festivales motonáuticos y exhibiciones de
esquí acuático de proyección nacional concentran el
interés general. Constituye además un magnífico escenario
para la pesca del pejerrey. Varios restaurantes y sedes
de clubes deportivos ofrecen comodidades a los turistas y
visitantes.
RACO
Se trata en este
caso de un lugar apacible, de notables bellezas
naturales, situado a 1.100 mts sobre el nivel del mar a
sólo 55 km de San Miguel de Tucumán.
Su clima es benigno
y la permanente frescura de la brisa serrana atrae a
muchos visitantes durante todo el año.
El arroyo de Raco
y, a poca distancia de él, el río Siambón, se ofrecen
como buenas posibilidades para la pesca de truchas. Sobre
el terreno ondulado, y cubierto de flores en verano, se
levantan chaletes y estancias rodeadas de pircas; en
estas últimas se fabrican riquísimos quesos.
EL SIAMBÓN
Suaves serranías
enmarcan esta zona de tranquilidad absoluta, a 10 km
aproximadamente de Raco.
En El Siambón se
halla el monasterio de los monjes benedictinos,
construido totalmente con piedras y maderas del lugar.
Estos monjes, de vida austera, se dedican a la
agricultura, la ganadería y la apicultura. De sus
apiarios extraen la riquísima, y ya famosa, Jalea Real
"El Siambón".
SAN JAVIER
A sólo 24 km de
distancia de San Miguel de Tucumán, esta villa veraniega
es la más cercana a la capital. Ubicada en lo alto de un
cerro, la ciudad de San Javier, ofrece una vista
hermosísima: hacia un lado, la capital y su llanura
circundante, y del otro las verdes mesadas que tienen
como fondo las cumbre calchaquíes. Tan solo este
impresionante espectáculo justifica la visita a San
Javier.
VILLA NOUGUÉS
Ligada a San Javier
por un camino de montaña, Villa Nougués está situada a 35
km de la ciudad capital y a 1.275 metros sobre el nivel
del mar.
Imponentes
residencias veraniegas se levantan sobre las ondulaciones
del terreno, en donde la vegetación subtropical alterna
con los cuidados jardines de las casas, poblados de
hortensias, violetas y gladiolos.
SAN PEDRO DE
COLALAO
Perteneciente al departamento de Trancas, esta
villa veraniega se ubica a 93 km hacia el noroeste de la
Capital y a 1.087 mts sobre el nivel del mar.
Ofrece para el
turismo varios hoteles y pensiones y un clima cálido
durante el día que permite disfrutar de las aguas de los
ríos Tacanas y Las Tipas; las noches son frescas, ideales
para el descanso o para frecuentar alguno de los
restaurantes y confiterías que hacen las veces de lugar
de encuentro para los veraneantes.
VALLES CALCHAQUÍES
A
partir de Acheral, en el departamento de Monteros, el
paisaje comienza a transformarse. La llanura se
convierte, lenta pero sostenidamente en una selva de
espesa vegetación que en buena parte cubre las orillas
del río Los Sosa, acompañando al viajero a lo largo de
casi todo el trayecto hasta alcanzar alturas superiores a
los 2.000 mts.
MONUMENTO AL INDIO
Imponente monumento
enclavado en la ruta de cornisa de la
quebrada del río Los Sosa que sirve de parador obligado
de los turistas.
Fue realizado por el escultor tucumano Juan Carlos
Iramain.
PARQUE DE LOS MENHIRES
Bordeando el dique
de La Angostura se encuentra el Parque de Los Menhires o
Piedras Largas, que reune un conjunto de monumentos de
piedra pertenecientes a antiguas civilizaciones de la
América prehispánica.
Cerca del Parque,
la Secretaría de Turismo de Tucumán ha construido el
Museo Arqueológico "Juan B. Ambrosetti", donde se exhiben
datos cronológicos sobre los menhires, que fueron
investigadas científicamente hace varias décadas.
DIQUE LA ANGOSTURA
Este dique fue
construido en una inmensa depresión del Valle de la
Angostura. Ofrece opciones como la pesca deportiva del
pejerrey y los deportes náuticos.
Desde esta zona, se
puede ver gran parte del imponente valle, en el que
cambia el verde anterior por una vegetación de tipo
agreste, xerófila y baja.
EL MOLLAR
Muy
cerca de Tafí del Valle se encuentra esta hermosa villa
veraniega, ubicada en los faldeos del Ñuñorco, a 95 km de
la Capital y a 2.060 mts sobre el nivel del mar.
Su terreno
accidentado y lo empinado de sus calles y caminos
bordeados de álamos y sauces, transforman a esta Villa en
un lugar especial, de características inolvidables.
TAFÍ DEL VALLE
Este magnífico
valle cercado de cumbres se ubica a unos 107 km de San
Miguel de Tucumán y a 1.976 mts sobre el nivel del mar.
Una vegetación
incomparable acompaña al viajero que se proponga visitar
Tafí del Valle, selvas subtropicales y también bosques de
altura, con flores que varían según la estación,
representan tan sólo una parte de las maravillas que esta
región ofrece.
Entre sus mayores
atractivos también se cuenta el río Los Sosa, con sus
rápidos y cascadas y además de la belleza, se presenta
como una buena posibilidad para los amantes de la pesca.
Cualquier época del
año es adecuada para visitar Tafí del Valle.
CAPILLA DE LA BANDA
Es una de las atracciones de Tafí del Valle. La
Capilla de la Banda
perteneció a los jesuitas y fue construida en el siglo
XVIII. Actualmente
bien conservada, guarda en su interior muebles de antaño,
imágenes
talladas, pinturas y piezas de platería cuzqueña y otros
objetos de arte
indígena prehispánico.
AMAICHA DEL VALLE
Ubicada a 60 km,
hacia el noroeste de San Miguel de Tucumán. El paisaje de
esta parte occidental de la provincia presenta
características particulares que lo distinguen:
Vegetación de zona alta, cerros agrestes y un clima seco
y frío, que invitan a la vida apacible y al sosiego.
QUILMES
Se ubica a 15 km de
Amaicha del Valle y a 182 de San Miguel de Tucumán; su
altura es de 1.978 mts sobre el nivel del mar. La antigua
ciudad de Quilmes, que albergaba a una enorme población
indígena, se hallaba en este lugar (es considerada el más
grande asentamiento humano prehispánico de la Argentina).
Hoy están allí sus ruinas, restauradas y acompañadas de
un museo, en donde pueden encontrarse los vestigios de
aquella cultura.
LAGUNA
DEL TESORO
Está ubicada en el
Parque Provincial Cochuna, a 1.700 mts sobre el nivel del
mar, al pie de los nevados centrales del Aconquija. Los
modos habituales de acceso a la laguna son a pie o a
caballo, a la altura del km 52 de la Cuesta del Clavillo
y también se puede llegar a travesando el puente del río
Cochuna.
El lugar es
bellísimo. La laguna está rodeada de altas montañas de
profusa vegetación y notable colorido, que se refleja en
el espejo del agua. En el invierno los prados y cumbres
vecinas se cubren de nieve.
El Parque de
Cochuna está surcado por una vasta red fluvial,
proveniente de esas cumbres, en donde abundan las
truchas; la laguna también tiene su atractivo para los
pescadores, allí pueden obtenerse espléndidos ejemplares
de pejerreyes.
RUINAS
DE LA CIUDACITA
A una altura que
ronda entre los 4.200 y 4.300 mts sobre el nivel del mar,
en el faldeo oriental de la cadena de los Nevados del
Aconquija, existe un campo de ruinas indígenas.
Estas están
situadas en la extremidad de un camino lateral, conocido
como Camino del Inca, desprendido del principal. Las
ruinas debieron de formar parte de un puesto militar,
donde también habían depósitos de víveres y cumplía,
además de las funciones militares, otras religiosas.
La travesía de las
ruinas de la Ciudacita dura siete días a caballo.
DIQUE ESCABA
Se
sitúa a 128 km de San Miguel de Tucumán y a 700 mts sobre
el nivel del mar. En él se aprecia un fenómeno de
extraordinaria belleza, cerros y quebradas cubiertos de
vegetación caen a pique sobre el agua; a esto hay que
sumar las cambiantes tonalidades del paisaje que pueden
descubrirse a medida que baja la luz.
El
dique es visitado en todas las épocas del año debido a
los atractivos que ofrece para la práctica de deportes.
Entre ellos, la pesca del pejerrey ha dado lugar al
establecimiento de competencias interprovinciales.
HIDROGRAFIA
Los
ríos de Tucumán son alimentados por vertientes y
lluvias; éstas últimas, más copiosas en verano. Las
cuencas de alimentación son las cumbres Calchaquíes
y el cordón del Aconquija.
El
deshielo proveniente de las altas cumbres no tiene gran
incidencia en el caudal de los ríos.
El
río más importante es el Salí, siendo el mayor
colector de la provincia. Nace en el extremo norte en el
límite con la provincia de Salta con el nombre de Tala.
En su recorrido por Tucumán, tiene como afluentes a los
ríos Acequiones, Choromoro, Vipos y
Tapia, hasta el embalse Gdor. Celestino Gelsi.
A partir de allí se suman los ríos Loro, Calera,
Lules, Colorado, Famaillá, Caspichango,
Los Sosa, Pueblo Viejo, Seco, Gastona,
Chico, Medina, Marapa y gran cantidad de arroyos, hasta desembocar
en el embalse de Río Hondo, límite con la
provincia de Santiago del Estero. Su cause se desplaza
por la región de las sierras pampeanas, con desagües en
cuenca endorreica (desagüe interior, sin salida al mar).
Sus aguas llegan hasta el norte de la provincia de
Córdoba, donde forma numerosos bañados, y concluye en la
laguna de los Porongos. En verano su caudal llega
hasta la laguna de Mar Chiquita. En la provincia
de Santiago del Estero, es conocido con el nombre de Río Dulce.
En
general, los ríos de Tucumán no son navegables.
CLIMA
Cálido
subtropical con estación seca en invierno.
Durante
los meses de octubre a marzo predominan las lluvias que
sobrepasan los 1.000 mm anuales. El promedio de
temperatura máxima anual es de 25°, con una mínima de
13°.
La
provincia tiene diversos microclimas debido a la
variación de la altura de su relieve.
FLORA
La
vida vegetal de la provincia es abundante y variada.
Tucumán está ubicado en una región de gran belleza, con
selvas magníficas de árboles gigantes, bosques, ríos y
montañas.
La provincia se
divide en 6 regiones según su vegetación:
REGIÓN DEL MONTE
ORIENTAL: Ubicado en la llanura. Especies que
predominan: quebracho colorado, mistrol, espinillo,
algarrobo blanco y negro, chañar
y tala.
REGIÓN DEL MONTE
OCCIDENTAL: Se halla entre los Valles Calchaquíes y
la cadena de las sierras del Cajón o Quilmes. Los árboles
característicos son: el algarrobo negro y blanco,
el aguaribay y otros de escaso valor.
REGIÓN
DE CEVIL: Situada entre las dos regiones anteriores.
La vegetación es exhuberante. Las especies predominantes
son: pacará, el cebil colorado, tarco,
palo blanco, pino del cerro, aliso
pequeño y otros. Es además una zona de abundantes
lluvias: entre los 900 y los 1.200 mm anuales.
REGIÓN DE LOS BOSQUE
SUBTROPICALES: Se halla ubicada al pie de las
serranías, se extiende hasta una altura de 1.200 mts. Es
la región de los bosque altos y frondosos de las especies
menores, como los helechos y las enredaderas.
Entre los árboles se destacan: tipas blancas, pacará,
lapacho, laurel, nogal y
otros.
REGIÓN DE LA QUEÑOA:
Se ubica en las serranías, a partir de los 1.200 mts de
altura. En esta región se desarrolla de una manera
especial el roble, también crecen: duraznillo,
tala blanco, pino del cerro, alisos
pequeños y otros.
REGIÓN DE LA PUNA:
Abarca las cumbres más altas de la montaña, desde los
3.000 hasta los 5.000 mts de altura. La vegetación sólo
se levanta escasos centímetros del suelo.
FAUNA
La vida animal es también muy variada. Entre las
especies domésticas, se crían el caballo, la mula y la
vaca, todos ellos de gran utilidad
para el hombre.
Entre
los animales silvestres propios de la región, encontramos
vizcachas, comadrejas, gatos monteses,
mulitas, quirquinchos, zorros, zorrinos,
iguanas, lagartijas, tortugas, ranas,
víboras de varias
clases, conejos, pumas y, en las partes
altas, el guanaco.
Entre
las aves se cuentan: lechuzas, caranchos,
alcones, teros, loros benteveos, horneros y un gran número de pájaros.
En los ríos y
diques habitan: pejerreyes, bagres, sábalos,
truchas, dorados, tarariras,
etc.
Es tal la
abundancia de la fauna tucumana, que atrae el interés de
cazadores y pescadores, haciendo de ambas actividades, un
deporte muy difundido.
ARTESANÍAS
En
materia de productos regionales, la mayor concentración
se la encuentra en los alrededores de la Casa
Histórica y Plaza Independencia, lugares de
afluencia de turistas por excelencia. Existen allí
numerosos negocios en los que se puede adquirir los más
variados productos, tanto de la provincia como de la
región, que van desde dulces y bocadillos,
hasta los espléndidos tejidos tan característicos
por la riqueza y armonía de los colores (a base de
tinturas naturales) y por la trama, gruesa y compacta.
El
poncho
tucumano, generalmente de la zona de los valles,
posee en su tejido una consistencia especial que permite
usarlo para protegerse de las más fuertes tormentas y
nevadas. Se puede encontrar en Tafí del Valle y Amaicha del Valle y en los negocios de productos
regionales.
En la zona se
realizan también tejidos finos de llama, alpaca
o vicuña, de calidad extraordinaria, aunque su
producción es muy reducida actualmente, por la paulatina
extinción de los mencionados animales.
Pero
la artesanía más característica de Tucumán, que no se
encuentra en otras provincias, es la Randa, tejido
fino realizado en hilo, cuya técnica proviene de España y
fue mantenida a través de las generaciones desde el siglo
XVIII. Y es, en efecto, en la zona de asentamiento más
antiguo en la provincia, en el sur, en las cercanías de
la primitiva ciudad de Tucumán, donde esta técnica se
mantiene. En El Cercado, pequeña población cerca
de Monteros, se encuentra la mayor concentración
de randeras de la provincia.
La randa se realiza
en base a una finísima malla de hilo, la que va
entretejiéndose y formando diseños de gran delicadeza. Es
muy utilizada para cuellos, puños, pañuelitos, carpetas y
ornamentos religiosos. Se pueden admirar ejemplares en el
museo Folklórico Provincial.
FESTEJOS
A
lo largo del año en la provincia de Tucumán se realizan
distintas festividades, vinculadas a tradiciones de la
región que sobrevivieron al tiempo y que continúan
dejando su huella de generación en generación.
Así, por ejemplo,
en el mes de enero se celebra la Fiesta del Quesillo,
en San Pedro de Colalao; allí también tienen lugar
en febrero y marzo, la Fiesta de la Humita y la Fiesta de la Nuez, respectivamente. En
La Ramada
de Abajo, en junio, la comunidad española organiza la
Fiesta de la Paella.
En épocas de
Carnaval los Valles Calchaquíes hacen gala del
eco permanente del joi-joi, acompañado de una
melodía de tres notas que se repiten. En Tafí del
Valle se celebra la Fiesta del Queso; en Amaicha la de la
Pachamama; en Colalao
la Fiesta del Antigal, allí también, en el mes de
julio se realiza la Fiesta del Ponchi, una bebida
lugareña; y en la Ciénaga la Fiesta del Yerbiao.
En
Monteros se encuentra el tamal, una especie
de pastel de harina de maíz envuelto en chalas, su origen
es netamente incaico. En esta misma ciudad se lleva a
cabo el Festival de la Fortaleza del Folklore, al
culminar la primavera.
En el extremo sur
de la provincia, La Cocha organiza la Fiesta
Nacional del Tabaco. Aguilares y Tafí Viejo
reviven comparsas de distintas procedencias, y en
este último pueblo se hace el Festival Nacional del
Limón, cuya industria fue una de las primeras de
Tucumán.
En el
Mollar,
próximo al dique La Angostura se lleva a cabo la
Fiesta de la Verdura. En Famaillá, durante
septiembre, el Festival de la Empanada; muy cerca,
en Río Colorado se realiza el Festival del
Sauce. En Simoca, todos los sábados puede
encontrarse la ya tradicional Feria, que en el mes
de julio comparte un encuentro artístico con los
turistas; también en esta ciudad, en octubre, se celebra
el Festival Nacional del Sulky. A pocos kilómetro
de allí, en Atahona, se hace el Festival del
Trapiche; en Monte Agudo la Fiesta de las
Artesanías. En Lules se Canta a la Patria
y en Trancas, territorio vinculado a Lola
Mora, se reúnen en el Festival del Caballo. En San Miguel de Tucumán tiene particular trascendencia
la Fiesta Nacional de la Zamba.
Fiesta
de la Pachamama
Todos los años
durante tres días se congregan, en un pueblo tucumano,
miles de adoradores de la Madre Tierra, esa
fecunda naturaleza que hace germinar las semillas y
madurar los frutos. Desde hace décadas, el evento
organizado y financiado por los empeñosos vecinos del
lugar atrae a una multitud de curiosos tucumanos y a
muchos turistas.
Curtidos criollos,
jóvenes, viejos, niños y mujeres, con el rostro
endurecido por el viento y el sol, repiten la antiquísima
fórmula incaica "Pachamama, cusiya, cusiya" (Madre
Tierra, ayúdame, ayúdame). Esto sucede todos los años en
Amaicha del Valle, allí es donde, cada mes de
febrero, tiene lugar uno de los últimos rituales del
folklore argentino que aun sobreviven, la Fiesta de la
Pachamama.
El ambiente de la
fiesta es tan rústico como el del pueblo y sus
habitantes. En torno de la plaza son montadas las
enramadas de hojas secas soportadas por maderas, que se
denominan pascanas, especie de quioscos típicos en
los que se expenden comidas regionales. Tampoco falta el
vino patero, así llamado por el procedimiento de
pisar "a pata" la uva sobre cueros para destilar el
mosto.
La región de alta
montaña provee la algarroba con que se elabora la aloja, el maíz para la
chicha y los
apetitosos quesillos de cabra, a los que se suman
las infaltables y sabrosas empanadas.
Sombreros de ala
ancha levantada, polleras de colores vivos, manos duras y
callosas. Ante los azorados turistas los artesanos vallistos (de los Valles Calchaquíes) se empeñan en
tejer sorprendentes tramas para ponchos, mantas y otros
elementos de abrigo. Sin embargo, la Fiesta de la
Pachamama es bastante más que un pretexto para
buscadores de exotismo. No se parece a los festivales
folklóricos, pues sus participantes carecen de nombres
artísticos y no figuran jamás en ninguna cartelera. Los
hombres calchaquenses son héroes anónimos del canto.
A lo largo de tres
días, en el clima seco y árido de la zona, todo tiene
características de carnaval. Cajas de duros
parches acompañan antiguas vidalas y bagualas.
Las flores y las frutas se acomodan junto a la albahaca
que da aroma al aire espeso de polvaredas donde hacen lo
suyo los bailarines y los niños corretean graciosamente.
La
fiesta de la
Pachamama tiene varias ceremonias. Algunas muy
formales, como la misa de Acción de Gracias en la
capilla. Otras, como los topamientos a pie o a caballo,
capaces de despertar el mayor asombro: bajo arcos de
sauces, hombres y mujeres se alborotan al grito de coplas
y batir de cajas. Se echan almidón y papel picado, se
intercambian fugazmente coronas de flores o de albahaca.
Tras un breve
intercambio de saludos, el ritual del topamiento
convierte a sus participantes en comadres y compadres,
que deberían unirse en mutua lealtad para toda la vida.
Prodigiosa,
multicolor, la Fiesta de la Pachamama es motivo
para la señalada o multiplico: Se acorrala una
manada de cabras, se les secciona las orejas (cuyas
muescas se guardan en una bolsita o "chuspa") y se coloca
un vistoso zarcillo de colores a los animales mutilados.
Luego se "casa" una pareja de cabras, se esparce el vino,
se guarda la "chuspa" en un agujero en la tierra y los
animales son liberados para que se multipliquen en el
agreste cerro.
Cuando surge el
nombre de la mujer que ha sido elegida Pachamama
(privilegio al que acceden sólo las de mayor edad), la Madre Tierra recibe los atributos y es montada en un
trono de piedra cubierto con ponchos o en una carroza
adornada, el aipa, tirado por un burro, siendo
acompañada por el Yastay -padre de los animales-,
el Pujllay -el Diablo- y la Ñusta, bella
joven que representa los frutos de la tierra. Presiden
entonces el desfile de carrozas alegóricas, adornadas con
guirnaldas y reveladoras de la ingenua y fértil
imaginación de los vallistos
La algarabía
prosigue tras el Misachico, la procesión que
conduce una imagen religiosa hasta la iglesia para ser
bendecida, entre batir de cajas y estampidos de ristras
de cohetes. Al atardecer las coplas lanzan al aire el
sortilegio de nuevos versos, con un tono que las acerca
al grito cantado.
Rica mezcla de
paganismo y creencias cristianas, de tristeza y alegría,
la Fiesta de la Pachamama desgrana sus tres
veladas al amparo de la dura piedra de la montaña
tucumana.
Por pocas horas,
los paisanos amaicheños de rostro adusto olvidan sus
penas, miserias y angustias en la existencia que los une
a la soledad y el misterio.
En la provincia se realizan
también trabajos en cuero, tanto curtido
como trenzado, en plata, hueso, paja y
palma con las que se fabrican canastos,
pantallas, cortinas, etc.
Fiesta del Queso
Tafí del Valle con
su vieja tradición esta representado por los excelentes
quesos de la producción lechera de estancias de la zona y
de fabricación casera.
Gracias al clima
adecuado, y a un exacto tiempo de estacionamiento, se
logran producir exquisitos quesos criollos, duros o
semiduros de un sabor particular. Si
bien son comparables a los mejores quesos del mundo, su
producción aún artesanal, es conservada como un
patrimonio nacional.
Esta
fiesta se ha convertido en el evento más importante de
Tafí, se realiza anualmente en el mes de Febrero y
convoca a gran cantidad de turistas y lugareños.
Oportunidad también aprovechada para desarrollar otras
expresiones populares propias del Valle y de su gente,
como por ejemplo música, artesanías y bailes criollos, las
destrezas del corral con
sus enlazadores, pialadores y domadores,
que le otorgan a este festejo una dimensión que ayuda a
entrever la tradición de Tafí del Valle.
GASTRONOMIA
La comida tucumana
encuentra sus raíces en la tradición norteña, en ella se
mezclan aportes de preparaciones españolas e indígenas;
son estas últimas las influencias que se presentan con
más importancia en los platos tucumanos. Esto explica la
gran cantidad de recetas a base de maíz y
condimentos fuertes tales como el pimentón y el ají.
La empanada tucumana se
caracteriza por su sobriedad en cuanto a ingredientes,
lleva básicamente carne y, en menos medida, huevos duros,
pasas de uva y cebolla de
verdeo picada.
Los tamales, que son conocidos
en diferentes variantes en prácticamente toda América
Latina -desde México hasta el sur-, se hacen a base de harina de maíz y
anco (una especie de
zapallo), se rellenan con carne de cabeza de cerdo,
pasas, huevos y condimentos. Se
cubren, finalmemente, con una "chala" (hoja seca de
mazorca) y se atan.
El locro,
que junto a las empanadas y el churrasco se incorporó en
la cocina típica argentina, lleva los siguientes
ingredientes: maíz, carne o charque,
patitas, cuero y tocino de cerdo,
tripas y zapallo; como condimento se utiliza
el ají frito, nombre que se le da a una fritura de
grasa, ajíes y cebollas, también se conoce con el
nombre de "adorno".
La humita es de la familia de
los tamales, pero se realiza a base de maíz fresco
(choclo) y queso. Se cocina envuelta en chala verde o
directamente en un recipiente, sin envolver, a esta
última alternativa se la llama "humita en olla".
Estos son, a
grandes rasgos, los platos típicos que se podrán
encontrar en cualquier casa de comida. Pero también hay
infinidad de comidas, que se preparan en los hogares de
los lugareños, cuyas recetas se van transmitiendo de
generación en generación; tal es el caso del Mote, la carbonada, el
charquicillo, la chanfaina
y otros.
En
cuanto a los vinos,
Tucumán no posee una producción considerable, ya que el
clima no es apto para el cultivo de la vid, a excepción
de la zona de los valles. El único vino que se produce es
el patero (un tipo de vino casero), en Amaicha
del Valle, que continúa elaborándose con los antiguos
métodos de extracción de jugo.
Pueden
encontrarse en Tucumán dos tipos de
quesos, los estacionados y los frescos. Estos últimos de
leche de cabra o de
vaca se elaboran en toda la provincia. El queso
que se destaca es el de Tafí del Valle; los
secretos de su elaboración vienen transmitiéndose por
generaciones: todas las antiguas estancias tenían
quesería propia, es por eso que cada unidad, en la parte
superior ostenta una marca, símbolo de la estancia en
donde fue el queso fue producido. Se fabrican con
o sin ají y su calidad y sabor los coloca a la par
de los mejores. Pueden adquirirse en la localidad de Tafí
del Valle o en algunos almacenes de la capital.
Entre la producción
de queso de Tucumán se cuenta el quesillo, es un
queso fresco y ligoso, típico del norte argentino. Se
hace con leche de cabra o de vaca, se la
deja cuajar y, una vez escurrido el suero que contiene,
se cuelga en sogas de alambre, de este modo toma su
característica forma alargada. Se puede comer solo, o
acompañado con arrope o miel de caña, lo
que lo convierte en un exquisito postre.